La organización de Supervivientes 2020 ha invitado a sus concursantes a desnudarse ante la audiencia en el llamado ‘puente de las emociones‘. Hugo Sierra, Ivana Icardi y Albert Barranco han sido los primeros en pisar los peldaños de culpa, arrepentimiento, distanciamiento y perdón explicando qué momentos de su vida se les venían a la cabeza escuchando estas palabras.
Hugo, el más opaco de los tres, ha sido el primero en recorrer sus miedos y se ha abierto en canal al confesar la nula relación que tiene con su hija mayor, Mikaela, fruto de una primera relación con una mujer llamada Leslie Graf. Además, el superviviente ha reflexionado sobre su fracaso amoroso con Adara y ha confesado los problemas que le han llevado a distanciarse de su hermano.
Para el uruguayo, el peldaño de CULPA estaba dirigido a sus ex mujeres: «Voy de frente, soy sincero y no me escondo. Esta palabra no la utilizo mucho con el tema que voy a tocar porque creo que si algo no funciona es por las dos partes pero yo me siento bastante culpable por las dos veces que he fracasado teniendo hijos pequeños. Para Leslie, la madre de Mikaela, y para Adara, madre de Martín, asumo la parte de culpa que tengo», reconoció.
¿Qué os han parecido las palabras de @hugomartin_sierra? 😢💔 #TierraDeNadie1/
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La nula relación que tiene con Mikaela, de 15 años, es la causante de que el peldaño MIEDO vaya dedicado a Martín, el bebé de un año que tiene con Adara, con quien no quiere que se repita la historia: «Tengo mucho miedo. Haré todo para que no suceda porque a estas alturas que ya pasó tanto tiempo que no tengo relación con Mikaela, ese niño lo es todo para mí», confesó.
El PERDÓN era para Mikaela, a quien dejó cuando solo tenía un año y medio y que ahora es una nadadora de élite becada en Miami: «Le pido perdón si en algún momento le fallé en algo o si le he hecho daño», dijo llorando. «La última vez que la vi fue a Budapest que estaba jugando un mundial de natación y la vi un minuto. Me tuve que esconder porque no quería desconcentrarla y evidentemente no la avisé de que iba a ir, me conformaba con verla de lejos. Nos dimos un bonito abrazo, con eso voy adelante».
El superviviente también ha contado que de una de las cosas de las que más se arrepiente es de haberse dejado de hablar con un íntimo amigo por una tontería: «Por un problema estúpido me dejé de hablar con uno de mis mejores amigos y hace dos años le dio un infarto de golpe y no lo vi nunca más», mientras tanto él, como su madre Adriana, que veía la escena por Skype, rompían a llorar. «En la vida hay que ser más flexible y yo soy muy radical», reconocía. Por último, Sierra ha confesado que el distanciamiento que más le pesa es con su hermano ‘del alma’: «No puedo mentir a la gente y desde hace un tiempo me he distanciado mucho de él por un problema que tuvimos». El uruguayo no quiso aclarar el motivo de su desencuentro pero su madre aseguró que tenía que ver con Adara.
Los sentimientos de Ivana y Barranco
Los siguientes en cruzar el puente han sido la argentina y el ex tronista. Ivana ha centrado sus emociones en su familia, especialmente en su hermano Mauro Icardi, con quien no se habla desde hace tiempo. Esa es precisamente su culpa: «Siempre he tenido esta palabra en mi mente porque muchas veces me he sentido culpable de discusiones en mi familia que he creado tratando de solucionar cosas que no están a mi alcance. A veces aunque tengas la mejor intención las cosas no salen como uno quiere y terminas embarrando las cosas más. Quería unir a mi madre con mi hermano y al final como yo me peleo con mi hermano meto a mi madre en medio«, decía llorando. Por eso, se ha propuesto una misión cuando vuelva de Honduras: «Él sabe que yo lo hecho muchísimo de menos, es un tema que me duele mucho. Me encantaría que todo volviese a ser como antes. No está en mi mano, yo ya lo he intentado por todos los medios. Cuando salga de aquí a lo mejor es el momento de hacerle una llamada y pedirle perdón por las cosas que le hayan molestado. Por mi parte creo que podemos reconciliarnos porque la vida es una y nunca se sabe lo que puede pasar», ha reflexionado.
El capítulo del perdón ha ido dirigido a su padre: «Lo he intentado miles de veces. Me encantaría tener la fuerza de perdonarlo y perdonar todo lo que nos ha hecho, ser una persona libre de esa carga. El rencor no me hace bien».
El último en cruzar el puente ha sido Barranco, que ha vuelto a recordar a su abuela, una figura que le ha acompañado más veces durante su aventura hondureña. «Me siento con culpa siempre por la última vez que ingresaron a mi abuela en el hospital. Mi madre iba muchísimo a verla y yo quizás no estuve el tiempo que tenía que estar. Simplemente lo hacía porque suficiente dolor tenía mi madre ya de ver a mi abuela como la veía como para encima verme a mí destruido y trasmitirle más pena. Por eso preferí hacerme a mí más daño por dentro y no hacérselo a ella. Sé que mi madre no me lo tiene en cuenta pero tenía esa espina clavada», ha explicado el extronista rompiendo a llorar.
El catalán ha hablado de los miedos que sintió con la separación de sus padres, lo que hizo que se alejase de ellos. «Me llegó de sopetón y no lo supe asimilar. Yo tenía la cabeza un poco perdida y no sabía bien como encontrarme. Me distancié de mi padre y de mi madre», ha contado. A ellos va dirigido también su arrepentimiento: «Me arrepiento de no haberle demostrado a mis padres lo que realmente les quiero. Desde pequeño he sido muy pasota, he ido muy a la mía y he hecho y deshecho como he querido. No he estado a la altura como hijo. Han dado todo por mí siempre y yo nunca he sabido agradecérselo. Mi madre es la mejor persona que he conocido nunca y mi padre también», ha asegurado sin poder parar de llorar. Y claro, estaba claro para quién iba a ser el perdón: «Cuando vuelva a España quiero que esto de un vuelco y decirles que estar aquí me ha servido para darme cuenta de la familia que tengo».
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