La princesa Ingrid de Noruega ya se ha confirmado. Lo ha hecho este mediodía en Oslo, en la capilla del Palacio Real. Pero antes, ha posado con todos sus padrinos. Una ocasión especial por partida doble, porque dos de los asistentes, Federico de Dinamarca y el rey Felipe VI, no pudieron estar presentes en su bautizo. La hija de los príncipes Haakon y Mette-Marit ha aprovechado la ocasión para una foto oficial de familia en la que se encontraban por primera vez todos sus padrinos: el rey Felipe, la princesa Victoria de Suecia, la princesa Marta Luisa de Noruega (que ha acudido sin su novio chamán), el príncipe heredero Federico de Dinamarca, el rey Harald V de Noruega, y su abuela, Marit Tjessem, madre de Mette-Marit.
Durante la ceremonia, el príncipe danés y don Felipe se sentaron junto a la princesa Victoria y Tjessem. El rey, que ha acudido a Oslo tras la reciente operación de su padre, portaba el uniforme de capitán general de la Armada, y una banda de caballería muy especial, que también lucían Federico y el rey noruego: la de la Gran Orden de San Olaf. El rey ha mostrado así su respeto y conexión con la monarquía noruega, con una distinción que recibió en 1995 y que casi todos los miembros de la familia real española poseen: sus hermanas, las infantas Elena y Cristina (también en 1995), y sus padres, doña Sofia y el rey emérito Juan Carlos (condecorados en 1982).
Las princesas Victoria de Suecia, con un vestido lila, y Marta Luisa de Noruega (ataviada con un bunad tradicional) también poseen la distinción, pero el protocolo desaconsejaba portarla con sus vestimentas. Ingrid Alexandra, por su parte, ha lucido un bunad regalo de su abuela paterna, la reina Sonia de Noruega, y diseñado entre abuela y nieta. La princesa noruega lo ha cubierto con una túnica blanca durante la ceremonia religiosa, pero en el posado oficial ha lucido la pieza, que también contaba con una espectacular chaquetilla roja.
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