La Edad Dorada de Hollywood acaba de decir adiós a su última gran estrella. La dos veces ganadora del Oscar a Mejor Actriz, Olivia de Havilland, ha fallecido por causas naturales a los 104 años de edad en su casa en París, según ha comunicado su familia. La eterna Melania de ‘Lo que el viento se llevó’ o la delicada Catherine de ‘La heredera’ se despide de su increíble legado en Hollywood tras convertirse en la última de las supervivientes de esa gran época de los estudios (y también de dos guerras mundiales), siguiendo a Kirk Douglas, que falleció el pasado mes de febrero. A su hermana, Joan Fontaine, con la que mantuvo una legendaria rivalidad, le ha sacado al final siete años de ventaja.
Nacida en 1916, De Havilland dejó su huella en Hollywood con un amplio reconocimiento en las galas de premios, una combinación letal de películas populares (como ‘Robin de los bosques‘) y dramas de prestigio, y también una fuerza arrolladora con la que no dejó que nadie se aprovechase de su talento o cuestionase sus objetivos. Así le presentó batalla en los juzgados a Jack Warner por no querer liberarla de su contrato, y, sin embargo, privarla de los mejores papeles. Por supuesto, ganó. Así, consiguió cláusulas más favorables en su contrato, abriendo una grieta en el sistema de los estudios que acabaría por derrumbarlo todo. Motivación y coraje no le faltaron.
La actriz apareció en películas legendarias como ‘Lo que el viento se llevó’, ‘La heredera’, ‘Si no amaneciera’, ‘Murieron con las botas puestas’, ‘Como ella sola’, ‘A través del espejo’, ‘No serás un extraño’, ‘La vida íntima de Julia Norris’, ‘Nido de víboras’ y muchas más. Su vida y su carrera fueron algo apasionante de presenciar, y ahora podemos mirar atrás para seguir disfrutándolo, tanto de las ficciones en pantalla como de las peleas fuera de ella. Al fin y al cabo, son ambas cosas las que construyen la leyenda de una gran estrella.
Vía: Fotogramas ES
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