Estás usando mal las mascarillas exfoliantes: te explicamos cómo hacerlo bien

El fin de semana es un momento muy propicio para dedicar tiempo a todo eso que la ajetreada semana no nos deja. Si tu también eres de las que aprovecha sus días de descanso para mimarse y proporcionar a su piel los cuidados que se merece, seguro que en tu menú está una mascarilla exfoliante que se lleve por delante las impurezas y deje tu piel tan limpia como se merece. Pero ¿temes ese momento en el que tengas que quitártela? ¿Tu piel se resiente cada vez que celebras este ritual beauty? ¿Has probado todo tipo de marcas pero no das con la tuya?

A pesar de que puede parecer que enfrentarse a una mascarilla exfoliante es tan sencillo como extendérsela en la cara, es importante seguir los pasos del producto y tener en cuenta nuestro tipo de piel. Porque una piel sensible no se debe exfoliar con un producto para pieles grasas, que utilizará fórmulas más agresivas para limpiar la piel. Y si las primeras agradecerán una concentración baja de ácidos, las segundas necesitarán ingredientes antioxidantes para reducir la opacidad de la piel. En lo que se refiere a las pieles secas, estas agradecerán mascarillas con glicerina que ayudarán a la hidratación de la piel.

Tan importante como aplicar el producto correcto, es hacerlo en la medida adecuada. Cada vez que te la aplicas, y la despegas de tu piel, en realidad lo que estás haciendo es secar tu piel. Por lo que si lo haces más de una vez a la semana contribuirás a su posible irritación y a que tus poros se obstruyan. Así que también es importante que, por muy bien que huela, o por mucho que te guste hacerte selfies con ella, te la quites en el tiempo indicado en el envase.

Si deshacerte de ella se convierte en una tortura china, tal vez debas preguntarte si has utilizado la cantidad suficiente para cubrir todo tu rostro. No es recomendable que queden unas zonas más claras y otras más oscuras, porque eso significará que, en las claras, sufrirás cuando trates de quitártela. Extiende sin miedo, pero con medida, porque de lo que se trata es de que se seque y puedas quitártela.

Para aquellas que tienen que lidiar con la depilación facial está totalmente prohibido aprovechar que “ya estás liada” para realizar ambos tratamientos en el mismo día. Si lo haces provocarás enrojecimientos e irritarás tu piel.

Y si tu problema es que debes abordar diferentes problemas en diferentes zonas, como unas mejillas propensas a la sequedad y una frente que tiende a la grasa, lo aconsejable es alternar semanalmente mascarillas exfoliantes específicas para cada problema.

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