La llegada del otoño o el invierno no puede ser la excusa que te sirva para posponer el deporte hasta épocas más cálidas y confortables. Y aunque algunos entrenamientos en la cinta de correr pueden ser tan efectivos para quemar grasa como tus carreras sobre el asfalto, no hay duda de que nada puede compararse a la sensación de hacer deporte al aire libre. Para que consigas tus metas deportivas (sea adelgazar o sea simplemente mantenerte en forma) haga el tiempo que haga, aquí tienes unos cuantos consejos que funcionan para mantener la motivación y la moral deportiva intacta. Palabra de experto firness.
1. Haz una criba de tus gurús fitness
Puede que durante el verano las cuentas de Instagram de influencers haciendo yoga frente al mar o al lado de una infinity pool sean de lo más inspiradoras, pero cuando te das cuenta de que ellas siguen bronceadas y posando bajo el sol mientras en tu calle están cayendo chuzos de punta la cosa cambia.
Necesitas bajar a tierra y devolver a tus redes sociales una visión deportiva más realista y menos aspiracional. Busca a tus gurús deportivos en gente que viva cerca de ti y que pueda compartir entrenamientos que se adapten realmente a tus necesidades. Y deja las cuentas cuquis para los que viven entre Miami, Los Angeles y Hawai… o para cuando ya hayas entrenado y estés disfrutando en tu sofá de un tazón de chocolate calentito.
2. Usa el autosoborno sin compasión, que te lo mereces
Tu cerebro va a poner en marcha todo tipo de excusas para que no salgas a entrenar, en serio, todo tipo. Busca una respuesta razonada a cada una de ellas y combate las excusas con lógica y ¡compras!
Por ejemplo, tu cerebro te va a decir: “el cielo está gris”. Tu respuesta lógica debe ser: «pero no está lloviendo». Y tu solución soborno: como más vale prevenir que curar hazte con un buen cortavientos impermeable para entrenar con comodidad. Nunca subestimes el poder del soborno en forma de ropa… aunque sea ropa para hacer deporte.
3. Imponte un acuerdo de mínimos (y no te lo saltes)
Puede que en primavera seas una liebre capaz de entrenar durante una hora cada día. Pues bien, ha llegado el momento de adaptarse a las circunstancias, porque más vale adaptarse que renunciar por completo. Establece un mínimo diario de entrenamiento en el exterior que puedes completar con una rutina casera si las circunstancias metereológicas te alejan de esa hora de ejercicio diario. un buen acuerdo de mínimos es mantener una rutina de 10 minutos diaria al aire libre siempre que la técnica que emplees en ese espacio de tiempo se adapte a las normas del HIIT.
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