El ácido azelaico es un producto cosmético que proviene del metabolismo del ácido oleico. Desde que hace unos años fue aprobado como tratamiento para afecciones cutáneas como la rosácea, la hiperpigmentación o el acné su popularidad no ha dejado de crecer, entre otras cosas, porque sus resultados son tangibles en poco tiempo.
Desde entonces y gracias a la democratización de los ácidos comercializados por marcas como The Ordinary, este tipo de tratamientos para la piel son accesibles para todo el mundo. De hecho, recientemente la marca de cosmética sostenible Freshly ha lanzado también un sérum a base de este mismo ácido.
Pero ¿realmente el ácido azelaico soluciona el acné?
El ácido azelaico se ha convertido en una de las alternativas de moda para combatir el acné gracias a su composición química. Según destaca en su blog el equipo médico de Epidermos, este ácido «tiene una acción comedolítica que ayuda a reducir el tamaño de los poros y a prevenir la aparición de puntos negros.»
Varios estudios avalan las cualidades antibacterianas de este compuesto y, en especial, los resultados frente a Propionibacterium acnes, la principal bacteria que produce el acné. Cuando hay un exceso de sebo en la piel, los poros se obstruyen haciendo que este tipo de bacterias queden atrapadas en ellos y se reproduzcan hasta formar una espinilla.
El azelaico tiene la capacidad de disminuir la cantidad de queratina presente en nuestra piel lo que también ayuda a mantener a raya el sobrecrecimiento bacteriano, mientras que su poder antiinflamatorio contribuye a disminuir las rojeces y prevenir futuros brotes.
Igualmente y a pesar de que las propiedades del ácido azelaico son beneficiosas para mantener los granitos controlados, es conveniente que antes de iniciar cualquier tratamiento lo consultemos con nuestro médico o dermatólogo.
Cada piel es un mundo y donde a alguien le funciona el ácido azelaico a otra persona le va mejor el glicólico o, simplemente, mantener una rutina estricta de limpieza, exfoliación e hidratación. Por no hablar de que, en procesos como el embarazo, debemos ser muy cuidadosas con la dermocosmética que utilizamos.
Vía: Women’s Health ES
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