Fue el deseo de Gemma Mengual de ser madre lo que la llevó a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: abandonar la natación sincronizada después de convertirse en la única nadadora del mundo que ha logrado cuatro medallas de oro en unos campeonatos europeos. Una hazaña que colmó sus sueños tras 23 años sumergida en piscinas olímpicas de medio mundo. Y ha demostrado que hay vida fuera del deporte: en publicidad, en restauración, o como concursante en programas de televisión: ‘Bailando con las estrellas’, y ahora en ‘El desafío’, de Antena 3.
«Me resultó difícil conciliar»
Ona Carbonell ha declarado que la conciliación no existe en el deporte. ¿Está de acuerdo?
A mí me resultó difícil, no encontré una situación fácil para volver, ya que venía de haber parado un tiempo para ser madre. Yo pertenecía a otra generación, y el equipo al que me incorporaba era más joven, y sus necesidades muy diferentes a las mías. Y la persona responsable en ese momento no lo gestionó bien.
¿Le pareció injusto?
Me pareció complicado de gestionar, y yo misma me di cuenta de que si iba a ser una tortura para mí no me merecía la pena seguir. Yo estaba loca por llegar a mi casa y ver a mi hijo, que es lo que me hace feliz.
¿Se sintió discriminada por ser madre y no tener un cuerpo 10?
No, no, a mí el cuerpo me aguantaba bien. De hecho, volví a competir en 2016 y con otro crío. Pero me di cuenta de que mi vida había cambiado; pasar de levantarte por la mañana e ir a entrenar, descansar, ir al fisio…, a tener un crío, un restaurante… Fue cuando empecé a entender lo de la conciliación.
Un obstáculo para muchas mujeres.
Porque no es fácil, lo comprobé cuando en 2016 quise volver para hacer el dúo con Ona Carbonell en Río de Janeiro. Yo tenía casi 40 años, y fue durísimo, porque tenía que llevar la organización de mi casa, los niños, los entrenamientos, aunque para mí lo importante no era la medalla, sino tener constancia de que mi cuerpo podía competir y llegar en forma con mis hijos ahí.
«Tener hijos era mi ilusión más grande y mi objetivo»
Pone a sus hijos por encima de todo.
Esa era mi ilusión más grande y mi objetivo prioritario.
¿Cómo se consigue ese cuerpo después de dar a luz?
Hay una parte de genética, porque el cuerpo tiene memoria, y porque hay que entrenar muchísimo en la cinta.
¿Es comparable recibir una medalla de oro a tener a sus hijos en brazos?
Cuando me preguntan cuál es mi mejor medalla, siempre contesto que mis hijos. Cuando era deportista y recibía una, sentía una plenitud y felicidad porque era fruto de mi trabajo,pero cuando nacieron mis hijos esos dos momentos fueron los más felices de mi vida. No se puede comparar a nada.
¿No se anima a tener más?
No, no. Ahora estamos en otra etapa porque Nil tiene 10 años y Joe tiene 7, y ya tienen su propia personalidad.
¿Es cierto que no sabe dónde guarda las medallas?
Ahora sí lo sé porque he hecho una mudanza, lo tenía todo en cajas, incluso las medallas olímpicas, que no encontraba. Pero cuando aparecieron lo primero que hice fue llamar a Patricia, mi representante, para decirle que las había encontrado.
Eso dice mucho de usted.
Mi madre se enfada porque dice que tengo los diplomas en cualquier parte, en vez de colgados en la pared. No me gusta hacer exhibiciones de mis trofeos.
«Quiero que mis hijos hagan lo que quieran»
¿Le gustaría que sus hijos se dedicaran al deporte?
Mira, lo que yo quiero es que sean felices, que hagan lo que quieran, y si sienten pasión por el deporte o por cualquier otra cosa, como me pasó a mí con la natación sincronizada, y desean que ese sea su modo de vida, me parecerá bien.
Sus padres le inculcaron la natación desde niña.
Ellos querían que las tres niñas hiciéramos algún deporte, probamos diferentes cosas y yo fui a parar a la natación sincronizada y me metí de pleno. Y a los 4 o 5 años, ya salíamos fuera de España.
¿Siente que se ha perdido cosas por el deporte?
No me he perdido nada, he hecho de todo, quizá menos veces que otras niñas, sobre todo cuando tenía catorce o quince años, y estaba en un centro de alto rendimiento y no podía ir a algunos cumpleaños.
¿Le supuso traumas?
No, porque después encontrábamos momentos para salir. Nos lo decía nuestro entrenador: había que salir de vacaciones y hacer lo que hacían chicas de nuestra edad.
¿En el deporte femenino hay discriminación?
En este momento el deporte femenino está en auge, pero la sociedad es la que marca, y se ve de diferente manera que el masculino, pero poco a poco va cambiando.
¿La natación sincronizada es tan difícil como parece?
Mucho más porque tienes que estar pendiente de la coreografía, de la música, de que no se muevan los adornos, es muy creativa, y eso lo dificulta todo.
¿Cuándo es consciente de que ha llegado a lo más alto?
Cuando entré en el equipo nacional junior y quedamos quintas, nos dimos cuenta de que prometíamos, de que estás en la rueda y de que, trabajando, llegarás.
«He aprendido mucho en ‘El Desafío'»
¿Concursar en ‘El Desafío’, es un reto más en su larga carrera?
Me pareció muy interesante, incluso para mí que llevo toda la vida compitiendo, aunque ya no soy tan competitiva como antes. Me lo planteé como una experiencia ya que me iba a encontrar con situaciones nuevas. Nos han pasado tantas cosas… Nervios, trabajo… He aprendido mucho.
¿Como qué?
Que soy capaz de hacer más cosas de lo que pensaba. A veces nos ponemos limitaciones por miedo. Ha sido una experiencia muy guay, por cómo ha sido la relación con los compañeros y por el equipo humano.
Es copropietaria de un restaurante.
Yo siempre he sido de hacer cosas que me llenen, que me den vidilla y me lanzo enseguida, a veces me va bien y otras no tanto, pero lo necesito. No lo hago por interés, lo hago porque para mí es importante sentir que puedo hacerlo…
¿Está preparada para el fracaso?
Por supuesto, eso se aprende, más si tienes que competir. Entrenando ha habido momentos en los que he fracasado, pero ¿qué vas a hacer, enfadarte con el mundo?
Para muchas personas es un drama.
Lo importante es estar contenta conmigo misma y aceptar las cosas como vienen.
«Ahora voy a mi bola»
¿Qué es más difícil: gestionar la fama o aceptar que el mundo no gira a tu alrededor?
A veces la gente piensa que quienes hemos estado en lo alto, siempre vamos a estar ahí, no saben que llega un momento que necesitas ser tú misma y no tener que estar siempre demostrando que vales. En los últimos años de mi carrera deportiva tenía la presión de las medallas: si vas a ganar o no. Cuando lo dejas, tienes tus momentitos, pero ahora lo llevo de otra manera.
Más relajada.
Sí, voy a mi bola, sin que nadie me diga cómo o de qué manera debo hacer las cosas.
Está haciendo un Máster.
Sí, y lo quiero hacer bien por mí, para aprender, y porque quiero seguir avanzando en otros aspectos distintos.
¿Cómo le ha afectado la pandemia a su negocio?
Como a todo el mundo, pero estas situaciones te sirven también para reinventarte cuando vienen imprevistos o una situación como esta pandemia, no te puedes quedar de brazos cruzados.
¿Qué hacer para salir adelante?
Yo he tenido suerte porque no he parado de trabajar, y eso me ha permitido no tener la sensación de estar encerrada. Ahora cuando veo películas en las que los protagonistas van sin mascarillas se me hace extraño.
«A nuestros hijos no les falta de nada»
¿Aprenderemos en positivo?
No, nuestros hijos sí creo que están aprendiendo algo, por ejemplo, a compartir, pero como están creciendo en esta situación, es como nuestros abuelos que venían de una guerra civil y valoraban cosas que nosotros no valoramos.
¿Algún ejemplo?
Mi abuela, según me contaba mi madre, tomaba leche en polvo, y cuando tenía alguna cosa más, lo valoraba mucho. A nuestros hijos no les falta de nada, y en comparación con todas esas familias que lo están pasando mal, nuestros niños son unos privilegiados.
¿Levantará cabeza la economía?
Ya veremos cómo salimos de esto porque la economía está fatal, miles de comercios han cerrado, porque quién podía prever que una cosa así podía pasar.
También está poniendo a prueba las relaciones sentimentales.
Yo vivo con mi chico desde el inicio de la pandemia, desde el confinamiento. Tres meses de confinamiento son como una vida juntos. Para sobrevivir en pareja cada uno tiene que poner de su parte.
¿Siente que hemos perdido libertad?
Ya hemos perdido alguna, ahora ya no puedes improvisar, cada día te encuentras con nuevas normas, lo que te impide hacer lo que te apetece.
Nos queda la esperanza.
Tampoco sabemos cuándo recuperaremos la normalidad, ni siquiera cuándo nos van a vacunar; yo sí tengo la esperanza de que saldremos porque la humanidad ha vivido situaciones parecidas y ha salido adelante.
¿Los deportistas están bien pagados?
Depende de qué deportes estemos hablando. Lo que está claro es que en un deporte como el fútbol se ganan millones y en otros apenas se gana para vivir. Eso lo marca el público, las marcas, la televisión…
¿Esas diferencias cambiarán con el COVID-19?
Todo va cambiando, la publicidad también; ahora ha entrado en las redes sociales y eso modifica muchas cosas, pero bueno, algunas cosas tardarán.
¿Utiliza las redes sociales?
Somos otra generación, en mi época de deportista no había tantas redes pero sí periódicos y revistas, aunque no tenían tanta repercusión como tienen ahora las redes.
¿Le preocupa que sus hijos las utilicen?
Mis hijos suelen mirar Tik Tok a veces, e Instagram, yo intento que se bajen juegos y les dejo que utilicen el móvil para ponerse en contacto conmigo, pero hay que tener mucho cuidado porque hoy tienen acceso a tantas cosas….
Entrevista realizada en el Hotel Axel. Carrer d´Aribau, 33. Barcelona
Su foto favorita
«En esta foto soy muy yo: el movimiento de brazos, la música era muy chula, la hice para la Clínica Baviera, de la que soy imagen».
¿Quién es Gemma Mengual?
Nació el 12 de abril de 1977, en Barcelona.
Trayectoria A los 8 años, sus padres la inscribieron en el Club de Natación Kallipolis, en Barcelona. Su entrenadora fue Anna Tarrés, quien la incorporó a su equipo en 1992. En los Juegos Olímpicos de Sidney de 2000, quedó octava en Dúo. En Atenas, en 2004, logró la cuarta plaza en la modalidad de equipos. Es la única nadadora del mundo que ha conseguido cuatro medallas de oro en unos campeonatos. En 2008, en los Juegos de Pekín, consiguió dos medallas de plata en Dúo. Anunció su retirada de la competición en 2012. Es titulada en Gemología, y ha participado en ‘Bailando con las estrellas’, en TVE y ahora concursa en ‘El Desafío’, de Antena 3. Ha recibido la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito deportivo.
Familia En marzo de 2018, se casó con Enric Martin, del que está separada y con el que tiene dos hijos: Nil y Joe. Desde marzo convive con su novio, Beto, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
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