Hace apenas unos días que MadBlue cerró las puertas de su Summit 2021, una cumbre que inventaba un nuevo concepto en cuanto a sostenibilidad. Una donde ciencia, innovación, clutura, arte, empresas, instituciones y voces visionarias (como la de Gunter Pauli, uno de los premiados y ponentes, autor de La economía azul) convirtieron a Madrid en capital del medio ambiente, encarnado en uno de los elementos más inesperados para la capital: los océanos. Entre intervenciones, actividades urbanas e ineractivas, poniendo el foco "en la ciudadanía, algo imprescindible", su fundador, Luis Prieto, y su equipo han conseguido posicionar a Madrid con un summit sobre la sostenibilidad, "el tema más relevante y de actualidad ahora mismo de un tema "relevante y de actualidad, presente en las agendas de todas las compañías e instituciones". Un "orgullo" sacado adelante en las condiciones más difíciles.
"El evento se ha celebrado muchísimo en el sector institucional y en la sociedad. Destacaría nuestra capacidad de hacer cosas siendo este un año muy difícil, y haciendo que la ciudadanía participe". Algo que se ha convertido con un énfasis en la cultura y el arte, inédito en un evento de este tipo. "Claro", me comenta Prieto, "yo vengo de Silicon Valley y allí parte del trabajo consiste en hacer cosas que no se hayan hecho antes. Con MadBlue pasa lo mismo, hemos creado un concepto dede cero como summit, no hemos querido hacerlo como se hacen los festivales de música: que pueden tener su identidad, pero en el fondo lo que diferencia a un festival de otro es el line-up del cartel. Esto es otra cosa".
Una que se ha prolongado en el tiempo, con la participación de todo tipo de actores: hace apenas unas horas, Playstation se sumaba al movimiento MadBlue con actividades propias entre su público, demostrando que MadBlue va más allá de los días de la cumbre. "Sí, es algo que pretendíamos desde el principio. Ahora, además de expandirnos, también queremos seguir durante el año. Esto, por ejemplo, aún no lo habíamos contado, pero además de seguir con nuestras acciones y proyectos, para este año tenemos preparada otra campaña. Aprovechando que el día Acción de Gracias [que se celebrará en Estados Unidos el jueves el día 25 de noviembre] es una fecha cada vez más conocida en todos los países, queremos cambiar ese Thanksgiving por el Earthgiving, donde celebraremos conciertos y contaremos con artistas, para reivindicar que tenemos que repensar el consumo". Un movimiento lógico: el Thanksgiving precede a las fechas que sí hemos adoptado en los demás países, las orgías consumistas del Black Friday y el Cyber Monday.
Algo que ha caracterizado también a este MadBlue: poner el foco no sólo en empresas e instituciones, sino también en los ciudadanos. ¿Quizás para señalar que hace falta un nuevo contrato social para afrontar el cambio climático? "Me gusta mucho esa idea, la del contrato social. Estamos inmersos en una fractura total del contrato de convivencia actual. Entre la globalización, las crisis financiera y medioambiental, no basta con que las insituciones se comprometan, tiene que haber una participación activa de la sociedad civil y de las empresas. Y sí, como personas podemos hacer mucho. Se están modificando nuestros patrones, cada vez más tomamos decisiones de consumo en función de si una empresa tiene el compromiso en su ADN, y hablo de trascender las campañas de marketing. Elegimos nuestro banco o nuestra ropa o nuestra alimentación, y hasta nuestros destinos basándonos en si son respetuosos o comprometidos. Porque el cambio climático sigue avanzando, no estamos cumpliendo los objetivos de emisiones. Ningún país está cumpliendo los compromisos internacionales".
Y Prieto es consciente de que parte de esa presión para que podamos salvar el planeta –es decir, a nosotros–climático sigue avanzando, las emisiones de CO2 estamos muy lejos de lospara por los compromisos y la presión personal. "Por eso estamos tan contentos de haber podido contar con voces como Francesca Thyssen o Gunter Pauli, para inspirarnos. Y para demostrar que nuestro lema –De Madrid a los océanos, en sintonía con la década de los océanos de Naciones Unidas– tiene vigencia. No porque Madrid pueda tener playa por el cambio climático, como bromeaba el alcalde, sino porque hemos demostrado que esta es una ciudad inteligente que no pierde de vista en ningún momento el medio ambiente, a la altura o incluso por delante de otras grandes capitales".
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