¿Es la Navidad el mejor momento del año? Las reuniones familiares, las comilonas navideñas y los cambios de hábitos durante las fiestas navideñas, lejos de ser sinónimo de alegría y diversión, han demostrado ser factores que perjudican seriamente la salud, y no lo decimos nosotras, la ciencia es la que se ha pronunciado. Te contamos por qué renunciar a tu estilo de vida saludable y a tu dieta sana puede pasarte una factura más grande de lo que crees.
El estrés del espíritu navideño
A las compras desenfrenadas de estos días se le suma la falta de ejercicio, los excesos, la multitud de compromisos, las pocas ganas de unirse a planes que se consideran impuestos, la tristeza en estas fechas después de una pérdida… en definitiva, todo esto es un cóctel molotov que seguramente lleva a muchas personas a sufrir de ansiedad, estrés y muchas ganas de que pasen las fiestas lo más rápidamente posible.
¿Pero no es la Navidad una época de paz, amor y alegría? No para la mayoría de los mortales que además de intentar agradar a los demás y cuadrar agendas imposibles para poder cumplir con todos los compromisos navideños terminan por echarse encima unos kilos de más y dejar la tarjeta de crédito temblando. No suena para nada idílico ¿verdad? Pues diversos estudios han concluido que la Navidad perjudica seriamente tanto la salud física como la mental.
Los excesos y la culpa
Un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria observó un aumento de peso en la población, sin importar la edad ni el género, durante los fines de semana y los periodos vacacionales, siendo uno de los de mayor incidencia las festividades navideñas. No solo se determinó que existía un efectivo un aumento significativo de peso sino que además se reducía el valor nutricional de los alimentos aunque el número de calorías ingeridas fuera mayor. Esto aseguran que les sucede incluso a aquellas personas que siguen una dieta estricta de manera habitual.
Estos prácticamente inevitables excesos económicos y alimenticios generan también culpa, ansiedad y un efecto bucle del que es muy difícil salir hasta pasadas las fiestas, eso si no caes en la tentación de las rebajas. Intenta seguir estos días un estilo de vida lo más saludable posible y compensando los días entre fiestas, de esta manera evitarás apuntar más kilos en tu haber.
Hacer las compras de manera consciente también es de gran ayuda pero está claro que gasto extra va a ser muy difícil no hacer. Respira, esto también pasará y mientras estés viviendo las fiestas intenta disfrutarlas lo máximo posible pero desde un punto de vista más relajado, no hay que ser inmensamente feliz, no hay por qué quedar con todo el mundo y no hay que gastarse una millonada en regalos y en comida. Haz un ejercicio de escucha y vive la Navidad que más se acerque a lo que realmente a ti te apetece.
La Navidad y la salud mental
En fiestas navideñas se alteran muchos factores en nuestro día a día, la alimentación, el sueño, se deja de hacer el ejercicio habitual, la soledad puede golpear más fuerte y también se reactivan conflictos sobre todo familiares. Todo esto hace que sea una época proclive a la depresión y el malestar. Angelos Halaris, psiquiatra de la Universidad de Loyola (EEUU) declara que “la Navidad es una época donde las dificultades económicas se hacen más evidentes.” Y no solo las económicas, supone un coste emocional alto para muchas personas, ya sea por la soledad, la pérdida reciente de un ser querido o por el malestar de tener que involucrarse en planes que no se desean en absoluto.
Los cambios de humor, la tristeza o en enfado que generan estas cuestiones también conllevan resultados como el estrés, la ansiedad, la pérdida de energía o el conocido hambre emocional. Después de pasar las fiestas llega la reincorporación al trabajo después de unos días libres, con todo un año por delante, y muchas personas caen en el desánimo de nuevo y los dolores de cabeza, la irritabilidad y la ansiedad son frecuentes. ¿Son entonces las navidades la mejor época del año? Depende de tus circunstancias, nuestra recomendación es que las vivas de la mejor manera posible, aprendiendo a poner límites e intentando hacer lo que verdaderamente quieres. No tienes por qué abrazar las tradiciones de siempre si te causan malestar, cambia el chip, a quién no le guste… puedes verle en otro momento, o no. ¡Feliz Navidad!
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