El pasado 20 de febrero fallecía en Madrid María del Carmen García, la mujer que durante 59 años estuvo a la sombra de Lucio Blázquez, uno de los restauradores más famosos de la capital, conocido por sus populares huevos estrellados o huevos rotos.
El pasado lunes, Lucio daba el último adiós a la madre de sus tres hijos en la Basílica de San Francisco el Grande de Madrid, rodeado de familiares y amigos. Amigos de renombre, pues allí pudimos ver a personalidades de la política, del mundo empresarial y de la vida social, como Carmen Lomana, Esperanza Aguirre, Beatriz de Orleans o el torero Ortega Cano. Multitud de rostros conocidos quisieron apoyar a quien dejó de ser un simple hostelero para convertirse en un famoso más.
Cercano, alegre y muy trabajador, Lucio regenta desde hace 46 años Casa Lucio, el local de referencia para futbolistas, políticos, actores, cantantes e incluso reyes. Pero, ¿cómo llegó un joven de un pueblo de Ávila de menos de 300 habitantes a codearse con las más altas esferas tanto nacionales como internacionales? Descubrimos la cara más personal de Lucio Blázquez.
Del matadero al Madrid de los Austrias
Nacido en 1933 en una familia de ganaderos de Serranillos (Ávila), a los seis años empezó a trabajar como ayudante en un matadero. Los viajes de trabajo de su padre, Simón, a Madrid le hicieron instalarse en la capital cuando tenía 12 años. Fue entonces cuando empezó a trabajar en el Mesón El Segoviano, en pleno Madrid de los Austrias. Cuentan que allí le pusieron el apodo de “el atómico”, por lo rápido que servía a los clientes. Fue su dueña, Petra, quien le quiso como un hijo y quien, años después, le vendió el local. Tras seis meses de reforma, el 4 de noviembre de 1974 abría sus puertas Casa Lucio. Más de cuatro décadas después, todavía hay clientes que le visitan asiduamente y que confirman que desde entonces, el don de gentes y el buen trato con clientes y personal eran seña de identidad de Lucio.
Hombre sencillo, futbolero y taurino
Hace unos años, era el propio Lucio quien confesaba que él trabaja todos los días del año, pero que su jornada empieza leyendo la prensa diaria, con un buen café. Su pasión por el fútbol le lleva, siempre que puede, a las gradas del Wanda Metropolitano, el estadio de su querido Atlético de Madrid (aunque tampoco es raro verle sentado en algún palco del Bernabéu). Otra de sus pasiones siempre ha sido el cine, y aunque ahora dice que va menos, antes no se perdía ningún estreno. Donde también se puede ver a Lucio es en Las Ventas, donde, como buen taurino que es, disfruta de las corridas de toros “siempre en barrera”. Disfruta de una partida de mus con los suyos, o de unas vacaciones en San Juan (Alicante), donde tiene una casa desde hace años y disfruta cada verano de los buenos arroces.
Enamorado de su mujer y de sus tres hijos
Aunque no podrán cumplir las bodas de diamante, Lucio y María del Carmen compartieron un matrimonio de 59 años, y por la boca del restaurador siempre salieron palabras bonitas hacia su mujer. Y así fue durante el acto de despedida a esta: “Si yo no hubiera conocido a mi mujer, yo no hubiera sido Lucio (…) Gracias a ella soy uno de los hombres más famosos de este país”, aseguró a la prensa a las puertas de la basílica. Fruto de esta relación nacieron sus tres hijos, María del Carmen, Fernando y Javier. Aunque los tres estudiaron derecho, han acabado trabajando junto a su padre. Además de Casa Lucio, la empresa familiar amplió el negocio con el restaurante Viejo Madrid, El Landó y La Taberna de los Huevos de Lucio. Aunque estos tres locales tienen un público y un estilo diferente, la calidad de los productos y el respecto por la tradición siguen siendo la línea a seguir por todos.
Los huevos rotos más famosos del planeta
Aunque algunos pudieron considerar un atrevimiento incluir un plato de huevos en la carta de un restaurante como Casa Lucio, que alimentaba algunos de los paladares más exigentes del país, el hostelero tuvo claro que la antigua receta de su abuela estaría en su local. Y acertó de lleno. Sus huevos estrellados son conocidos incluso fuera de nuestras fronteras. Probarlos no solo es parada obligada para miles de turistas que cada año pisan la capital, famosos internacionales de la talla de Will Smith, Madonna, Woody Allen o el mismísimo Bill Clinton han degustado la receta. Pero si hay que destacar a un comensal asiduo a Casa Lucio, con el permiso de políticos, artistas y futbolistas de renombre, es sin duda al rey emérito don Juan Carlos. Eso sí, la brutal fama de su plato estrella no ha podido ensombrecer a otras de sus especialidades como los callos a la madrileña o el rabo de toro.
Un restaurador con libro de memorias en el mercado
En junio de 2019, con su querido Wanda Metropolitano como escenario, Lucio, acompañado por toda su familia y amigos, presentó públicamente "Lucio", las memorias de este restaurador que ya forma parte de la historia de Madrid. Junto a él estaba el autor de este libro, nada más y nada menos que Alberto Vázquez Figueroa, quien a través de sus páginas recopila un espectacular archivo fotográfico. Un homenaje a todos los clientes que desde 1974 han pasado por Casa Lucio y han hecho que la fama de este humilde abulense llegue a todo el planeta.
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