Reconozcámoslo: nos sabemos bastante bien la teoría de las mascarillas caseras y todo el dinero que podríamos ahorrarnos si nos acostumbráramos a usarlas. ¿Por qué no lo hacemos? Sencillo: porque nos da una pereza enorme hacerlas nosotras mismas. En condiciones normales, siempre surge algo más importante (o apetecible) que ponernos a mezclar los ingredientes de una mascarilla casera. Sin embargo ahora, con todo el tiempo del mundo a nuestra disposición y más bien poco que hacer en casa, se nos presenta la ocasión perfecta para ponernos manos a la obra. Eso mismo ha pensado Marta Lozano,que se ha dedicado un día y una mascarilla. Nosotras vamos a hacerla en casa para conseguir una piel radiante.
Tras tantos días de encierro, necesitamos toda la luminosidad que podamos darle a nuestra piel. La mascarilla perfecta para revivir un rostro cansado y mate es de yogur y avena. Solo necesitamos mezclar media taza de agua caliente con un tercio de taza de copos de avena. Cuando se hinche, añadimos dos cucharadas de yogur natural y la clara de un huevo. Aplicamos una capa gruesa durante 15 minutos y retiramos. El efecto es inmediato. También funciona la clásica de pepino: tritura medio y mezclalo con un yogur. Solo tiene que actuar durante 15 minutos.
También puede sernos muy útil una mascarilla antiarrugas, de nuevo con una clara de huevo. Si la batimos y le añadimos el zumo de medio limón y dos cucharadas de postre de aciete de argán o de oliva, obtendremos una ‘mousse’ que podremos aplicar durante 20 minutos antes de retirar. También existe una mascarilla con efecto ‘buena cara’ fulminante. Solo tienes que batir una clara de huevo, añadir una cucharada de miel, el zumo de medio limón y una cucharada de yougur natural. La miel es rica en sales minerales, vitaminas y aminoácidos y tiene propiedades calmantes, antibióticas y purificantes. ¡Hay que probarlas!
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