El vestido que fue tendencia en verano de 2019 lo será también este y todos los veranos de tu vida

El vestido camisero para teletrabajar, dibujar y ver una película, el vestido lencero que hubiese dejado de ser tendencia si no fuera por Jennifer Aniston, los vestidos de reminiscencias victorias que inspiran el modest dressing o los vestidos de flores, hay siluetas que nos acompañan ahora, nos acompañaron en el pasado y nos seguirán acompañando en el futuro porque nunca dejarán de ser tendencia.

La danesa Cecilie Bahnsen hizo de los vestidos románticos un poco baby doll su seña de identidad, mientras que Simone Rocha convirtió cierta dosis de oscuridad perturbadora en el símbolo de su marca y Molly Goddard redefinió para siempre el significado del vestido tarta. Hay tantos vestidos como mujeres y hay un vestido para mujer, pero solamente algunos están llamados a formar parte de esas piezas que están siempre por encima de todas las tendencias. La prenda más recurrente del armario femenino ha adoptado múltiples formas y siluetas que, a lo largo de la historia, han hecho referencia a su papel en la sociedad. Así, si el corsé y los miriñaques fueron imprescindibles hasta bien entrado el siglo XX, el New Look definió la década de los 50 y los flecos y la relajación representaron fielmente el espíritu de los felices años 20. A las puertas del verano y a pesar de que el mundo de la moda atraviesa una situación particular, se multiplican las siluetas que ya vimos en temporadas anteriores para recordarnos que también se llevarán los próximos meses y durante todos los de tu vida.

© Cortesía de Zara

Vestido midi drapeado, de Zara. COMPRAR

El vestido cóctel, ligado inevitablemente a la incorporación de las mujeres al mercado laboral, marca la frontera entre un evento de gala y otro que requiere un dresscode más informal. Y aunque, afortunadamente, esa frontera está cada vez más diluida gracias a fenómenos que relegan los tacones insufribles en pro de las bailarinas y los zapatos de tacón sensato, está bien mantener algunas reglas no escritas que dicta el protocolo. Si bien durante las últimas semanas hemos preferido las sudaderas a las camisas de organza y los leggings a los vaqueros, la esperanza de algunas cosas cambien durante los próximos meses nos hace vislumbrar un futuro mucho mejor y recuperar el deseo hacia algunas siluetas que, en principio, no llevaríamos en casa.

© Cortesía de Zara

Vestido midi drapeado, de Zara. COMPRAR

A medio camino entre el vestido drapeado y el vestido desestructurado, Zara cuela entre sus vaqueros cómodos y sus americanas paratodo diseños como este que, si bien no formaría parte de los básicos a las que todas estamos recurriendo estos días, entra dentro de la categoría de indumentaria nocturna que, tarde o temprano, querremos volver a ponernos. De escote recto, con un nudo delantero y en el púrpura con el que solamente unas pocas se atreven, el vestido de fiesta de la firma gallega merece, al menos, unas cuantas líneas para recordar que ya lo hemos llevado y que, sin lugar a dudas, volveremos a llevarlo.

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