\u00c1lvaro de Juana, de \u2018Amar es para siempre\u2019: \u201cPor la calle me llaman Manol\u00edn\u201d

Este madrileño no tiene muy claro cuándo nació su vocación por actuar, pero desde que era pequeño se sintió atraído por la idea de convertirse en actor. Con tan solo 8 años, pidió a sus padres que lo apuntaran a clases de interpretación y con 11 ya estaba subido en un escenario representando a Simba en el musical El rey león. Ahora, siendo un adolescente, ha cambiado la sabana africana por la famosa plaza de los Frutos de Amar es para siempre, donde da vida al simpático Manolín.

Debutas en una serie diaria. ¿Cómo te sientes?

Este proyecto está haciéndome crecer como profesional y como persona. Es una suerte estar rodeado de un equipo tan acogedor y del que puedo aprender muchas cosas. Además, dar vida al pequeño de los Gómez es un orgullo para mí.

Y una responsabilidad…

Sí, ser el hijo de Marcelino [Manuel Baqueiro] y Manolita [Itziar Miranda], dos personajes que llevan tanto tiempo en esta ficción da vértigo. Solo espero que el público disfrute de mi trabajo en la pequeña pantalla.

Parece que estás lográndolo.

Estoy feliz por cómo los espectadores me han aceptado. Por la calle y por las redes me llaman Manolín. Creo que mi papel gusta porque aporta frescura y muchas risas en las tramas.Aunque también le hemos visto sufrir en alguna ocasión.

Es un muchacho cabezota y, a veces, toma malas decisiones que le hacen fracasar. Hay algo tierno en verle intentando sacar una cosa adelante una y otra vez. Es poco avispado.

¿Y tú cómo eres?

Ambos compartimos un sentido del humor parecido, me gusta reírme. Aunque considero que soy algo más espabilado que él. Sobre todo, nos parecemos en que los dos tenemos 17 años y ganas de salir al mundo.

Pero con la diferencia de que él vive en los años setenta.

Así es, para meterme mejor en su piel me puse a estudiar un poco sobre la época y miré fotos de mi padre de joven para ver el estilo que se llevaba. Doy todo de mí en mi carrera.

Entonces, ¿se podría decir que eres un apasionado de tu oficio?

Creo que es muy bonito, pero complicado. No se trata de ir rápido, sino de verlo como una carrera de fondo. Por eso pienso que es importante formarse todo lo que se pueda, para no tener ningún tipo de carencia en el futuro.

¿Te plantearías trabajar en algo que fuera diferente?

Solo pienso en cosas relacionadas con esta profesión, como cantar o la danza. Ambas ya las he probado en algunas producciones, por ejemplo, cuando participé en Billly Elliot y otras obras de menor envergadura.

Nadie te baja de las tablas…

La verdad es que no (risas). En 2019, compartí escena con la actriz Marta Aledo en Bailar en la oscuridad, en el Teatro Fernan Gómez, de Madrid, y para otoño de este año, si el coronavirus lo permite, ya tengo algo en marcha.

¿Puedes adelantarnos de qué se trata este próximo proyecto?

Es el musical Grease. Teníamos fecha de estreno, pero ahora está en el aire. Es una función que tengo ganas de empezar. Siempre me olvido de todo cuando estoy en el escenario.

¿Desconectas actuando?

Sí, además, me gusta pasar tiempo con mi familia o tocando la guitarra. Adoro la música y también la escritura.

¿Te ves detrás de las cámaras?

Puede que sí. De momento, me interesa mucho hacer cine, aunque no tengo ninguna prisa. Me tomo mi carrera con calma.

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