La vuelta a la rutina tras las vacaciones de verano debe venir acompañada de una buena exfoliación, no solo corporal sino también facial. De esta manera te desharás de las células muertas acumuladas durante los últimos meses y también eliminarás progresivamente las manchas de tu piel. Y el ingrediente cosmético perfecto para ello es el ácido glicólico, que trata los daños cutáneos producidos por el sol y acné, pequeñas arrugas, falta de luminosidad y manchas gracias a la exfoliación química.
Este ingrediente cosmético se obtiene de fuentes naturales como algunas frutas, la remolacha y la caña de azúcar y su poder más conocido es el exfoliante; aunque también estimula la síntesis de colágeno y ácido hialurónico. «Mejora la textura de la piel, la purifica eliminando células muertas, reduce la pigmentación y trata la luminosidad«, asegura Elisabeth San Gregorio, directora técnica de la firma Medik8. Además, como la exfoliación suele ser muy superficial la probabilidad de reacciones irritantes es relativamente baja.
El efecto antiedad que aporta se debe a que el ácido glicólico activa los procesos de síntesis de colágeno y elastina, reduciendo la apariencia de finas líneas y arrugas. Además, también tiene una acción hidratante, ya que “evita la pérdida de agua al estimular la producción de ácido hialurónico endógeno, mejorando el volumen de la piel, que se vuelve más jugosa y presenta menores signos de la edad”, confiesa Raquel González, directora de educación de Perricone MD.
Eso sí, al igual que ocurre con el resto de los ácidos, debes introducirlo en tu rutina de belleza poco a poco y también es importante que elijas la concentración adecuada dependiendo del problema que quieras tratar. “Si esta es del 10-15% es perfecta para combatir acné, psoriasis y queratosis; en concentraciones más altas (15-70%) se utiliza para tratar arrugas, estrías e hiperpigmentación”, explica Pedro Catalá, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty.
Por último, ten en cuenta que “los principios activos de alta actividad, como son el ácido glicólico, el retinol o la vitamina C, en muchas ocasiones funcionan mejor si se descansa de ellos uno o dos días a la semana. De esta manera se consigue que la piel trabaje por si sola”, asegura Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Y no te asustes si al principio e usarlo sientes un leve enrojecimiento, hormigueo, eritema y sensibilización de la piel, ya que son efectos secundarios comunes.
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