El contorno de ojos es una de las zonas del rostro que más preocupa desde que empezamos a cuidar la piel, y especialmente si la nuestra es propensa a las bolsas y ojeras. Por eso, centramos parte de nuestros cuidados en ella y la tratamos de forma específica. Pero, como ocurre con el resto de la piel, de nada valdrá prestarle toda la atención al contorno de ojos si no usamos el que concretamente cubra todas sus necesidades. Y es que cada piel, también la del contorno de ojos, es un mundo y mucho más uno diferente a cada edad. De hecho, mucho más si se trata de ella, que envejece más rápido por todos los gestos que hacemos a diario. Es decir, de nada valdrá usar ese contorno que nos funcionaba a los 25 años, a los 50, pero es que tampoco servirá de nada usarlo a los 30.
Cada cierto tiempo habrá que revisar ingredientes y adaptar el contorno de ojos a nuevas necesidades que han cambiado (y mucho más en esta zona del rostro). Estas son las claves para hacerlo.
A los 25 años
Problemas: Las ojeras empiezan a hacerse notar más y las pequeñas líneas de expresión comienzan a marcarse, porque la zona empieza a sufrir sequedad.
Necesidades: Lo más básico es la hidratación. Así se evitará que las líneas de expresión se conviertan en arrugas y mantener la frescura y la luz de la mirada. En este momento, usar uno con color o un corrector puede ayudarnos a ocultar estas pequeñas imperfecciones que surgen a esta edad.
A los 35 años
Problemas: Se empiezan a notar los signos de cansancio más profundos. La falta de descanso ralentiza la microcirculación sanguínea y linfática lo que provoca la aparición de las bolsas y las ojeras que ya son más que evidentes. Y las pequeñas arruguitas van haciéndose más profundas hasta que aparecen las primeras patas de gallo.
Necesidades: Por eso, será necesario apostar por un contorno de ojos que trate intensamente las arrugas pero también las ojeras, que empeoran en aspecto de la piel, por lo que deberá aportar luminosidad. Conviene que tenga también acción descongestionante para acabar con las bolsas.
A los 45
Problemas: A esta edad, es cuando la mirada más se transforma, por lo tanto, cuando habrá que tener más cuidado por los signos de la edad. La cola de la ceja empieza a caer, por lo que da aspecto de una mirada más triste y apagada. Las arrugas ya están firmemente marcadas y los párpados comienzan a caer también. El arco ciliar va perdiendo consistencia, las ojeras son más oscuras y las bolsas más amplias.
Necesidades: En este momento, se necesita un tratamiento que reduzca las arrugas y lo haga de forma potente, mejorando la producción de colágeno y elastina, pero que también favorezca la circulación para atenuar las ojeras. Los antioxidantes y vitaminas como la E mejorarán el color de la piel.
Más de 55 años
Problemas: La piel pierde densidad y, si el colágeno y la elastina ya habían empezado a descender ahora lo hacen de forma mucho más dramática. Las cejas y el párpado descienden aún más y las arrugas ahora pueden llegar a ser muy profundas y marcadas por todo el contorno.
Necesidades: Necesitaremos un contorno de ojos que reafirme y alise la piel para, aunque no pueda hacer desaparecer las arrugas, las suavice y alise. De nuevo, los antioxidantes serán claves para aclarar la piel y protegerla de los radicales libres y agentes externos, y para deshinchar las bolsas de cansancio acumulado, y también por tener la piel ahora más fina y delicada, ingredientes antinflamatorios.
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