Mientras los rumores sobre la sucesión al trono de Inglaterra por el príncipe William crecen, lo único cierto es que él y su mujer, Kate Middleton, cada vez asumen más competencias y cada vez disfrutan de una mayor cercanía respecto a la reina Isabel. Este aumento de compromisos permite verlos con más frecuencia en las calles de Reino Unido y apreciar, de paso, sus looks y pequeños cambios en su imagen.
La última cita en su agenda fue una visita a Cambridge para visitar el Museo Fitzwilliam, donde tuvo lugar la presentación de su nuevo flamante retrato. Kate Middleton escogió para este compromiso un vestido midi ajustado en la cintura y con falda de capa, en un suave tono azul salpicado con un estampado que añadía unos toques de coral. A juego sumó una americana. Y los zapatos y el bolso de mano en un tono más oscuro.
Sin embargo, más allá de su atuendo, no pudimos evitar fijarnos en su melena. Kate luce siempre una melena castaña abundante y brillante y son pocos los cambios a los que la ha sometido desde que su vida se hizo pública, aunque sí que ha habido algunos, como un flequillo abierto que ha repetido en varias ocasiones. Esta vez Kate ha querido apostar por un discreto cambio que tiene que ver con el color, más que con el corte. Si nos fijamos con atención se pueden apreciar en el cabello de la duquesa algunos filamentos, muy finos, de un tono más claro.
Este tipo de mechas son conocidas como babylights y con esta técnica se consigue aportar mucha luminosidad al cabello y, por ende, al rostro de Kate. Con este sutil gesto, la duquesa de Cambridge transforma su melena y convierte un castaño plano en un look mucho más veraniego. Para que el cambio sea todavía más inapreciable, Kate ha optado por un color caramelo, algunos tonos más claros que su tono natural, pero que se integra a la perfección con el resto de la melena.
¿Qué son las mechas babylights?
Es un tipo de coloración que trata de imitar los reflejos naturales que suelen tener los cabellos de los niños. Son pequeñas mechas que se trazan desde la raíz del cabello y se reparten por toda la melena, rebajando hasta dos tonos el color de la base del cabello. No se debe aclarar más puesto que el efecto sería muy artificial y el color no se integraría con el resto del pelo. La ventaja de esta técnica es que cuando el cabello comienza a crecer el efecto raíz es casi inapreciable. Por otro lado, también es necesario apuntar que la naturalidad de este trabajo hace prescindible el uso de decoloración y, por tanto, es una coloración menos agresiva para la fibra capilar que otras, como por ejemplo, las mechas balayage.
Este tipo de mechas, a través de la integración de un tono más claro de la misma gama, tienen la capacidad de suavizar el color del cabello, creando una imagen más dulcificada y más luminosa, algo parecido a cuando el pelo se aclara naturalmente por la acción del sol.
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