El sector de la belleza fue uno de los grandes damnificados por la pandemia. No solo disminuyó el consumo de cosmética debido al confinamiento y el teletrabajo, también la venta externa. Tras experimentar un crecimiento de récord durante los últimos años, 2018 y 2019 fueron realmente buenos en términos beauty, las exportaciones españolas de cosmética vieron como sus cifras caían en picado con motivo de la compleja crisis que atravesó el país durante el pasado año.
Por fortuna, tal y como hemos ido viendo en diferentes industrias, un ejemplo similar sería el de la moda y el regreso a la presencialidad de sus eventos, la situación retoma la normalidad previa a la Covid-19 con datos que llaman a la esperanza. Según ha informado Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) -actualmente, bajo la marca Beauty from Spain, está participando en el primer gran evento beauty a nivel internacional, en Beautyworld Middle East 2021-, este año ha superado las expectativas: España está ahora mismo en el TOP10 en esta categoría con presencia en hasta 150 países y se sitúa como el segundo exportador mundial en este terreno.
Tan solo en el primer semestre ha tenido lugar un incremento de un +21% con respecto a 2020, lo que en cifras se traduce en 2.250 millones de euros. Una situación impulsada directamente por la categoría de perfumes (con un aumento de casi el 40%).
Para muchos los datos pueden resultar sorprendentes, pero los productos de belleza españoles han alcanzado una enorme reputación a nivel mundial gracias «a su excelente relación calidad-precio y su avanzada tecnología». Tal es el impacto que la cosmética supera datos de otros productos tan convencionales como el aceite o el vino. ¿Conocías estos datos?
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