Hablamos con Natalie Portman sobre sus lecturas veraniegas, Britney Spears y su entrenamiento para ‘Thor’

En 1950, tres años antes de que Christian Dior estrenase su célebre New Look con cintura de avispa, la primera fragancia de la maison debutó con un nuevo tipo de frasco. Rectilíneo y “hecho como un traje”, en palabras del propio diseñador, el frasco del perfume de Miss Dior presentaba un motivo grabado de pata de gallo y un lazo negro que recordaba a una pajarita. El ilustrador René Gruau lo condensó todo con un anuncio al mismo tiempo pictórico, austero y clarividente: en él aparecía un cisne con delineador marcado (cortesía de la madre naturaleza) posando con un collar de tres hileras de perlas y un lazo de blusa. En caso de evocarnos alguna figura de la cultura pop, sin duda sería Natalie Portman, el cisne favorito del cine.

Por pura casualidad, justo en la misma época en la que estrenó Cisne negro en 2010, Portman pasó además a ser el rostro de los perfumes de Dior. “No deja de ser divertido porque aquel fue un papel de lo más oscuro, pero (supongo que por estar enamorándome de mi marido en aquel entonces) yo sentía estar viviendo un momento de gran romance, entusiasmo y alegría para mí”, dijo la actriz mediante videollamada desde Sydney a comienzos de verano, mientras rodaba la próxima película de Thor, Thor: Love and Thunder. Si el thriller centrado en el mundo del ballet seguía la espiral de destrucción del personaje, aquella primera campaña para una fragancia fue fiel reflejo del embelesamiento de su vida personal. Cuando recibió el Oscar por su papel, su recién estrenado marido y coreógrafo de Cisne negro, Benjamin Millepied, y su futuro bebé juntos fueron objeto de su agradecimiento. “Lo sentí muy alineado con este mundo de belleza, alegría y sensualidad en el que existe Miss Dior”, recuerda.

https://youtube.com/watch?v=m4LOnJzWSvQ%3Frel%3D0%26start%3D41

Aquello enlaza con la visión original de Christian Dior. “Hazme un perfume con amor”, dijo el diseñador, dejando que sus dictados poéticos hicieran las veces de sabiduría profética en materia de márketing. Y ahora llega una nueva versión del perfume Miss Dior, reinterpretada de la mano del nariz François Demachy. La fragancia en sí es una profusión de flores, con su característica rosa centifolia y lirio del valle junto a nuevos ingredientes como el iris y la peonía. También será nuevo el vídeo de la campaña, parcialmente ambientado en campos de flores que parecen no acabarse nunca.

Este montaje de Portman, en el que aparece conduciendo un camión lleno de flores, gritando de alegría (en silencio), dando saltos en la cama de un hotel vestida de alta costura e improvisando con un modelo rubio fuera de foco, es pura fantasía. Pero además es una buena muestra de la catarsis que ha supuesto este verano. “Mucha gente lo ha pasado muy mal en diferentes momentos a lo largo de este año, así que creo que hallar esos resquicios de alegría y belleza ha sido de lo más necesario para nuestra actual manera de vivir”, dijo Portman. En cierto sentido, todos esos temas cuadran con Miss Dior. La fragancia le debe su nombre a Catherine, la hermana del diseñador e integrante condecorada de la Resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial que soportó las torturas de la Gestapo durante 10 largos meses en Buchenwald antes de empezar de cero como mayorista de flores, dedicándose finalmente al cultivo de rosas centifolia.

A continuación, Portman nos habla sobre qué es lo que la ha tenido ocupada últimamente: está más musculosa que nunca para poder interpretar a Jane Foster en Thor, ha encontrado la inspiración en la naturaleza australiana y se ha alimentado a base de libros. Después de haber llevado a cabo la entrevista la actriz se ha retirado de la adaptación de Días de abandono de Elena Ferrante para HBO, pero sigue siendo una apasionada de la autora.

Según tengo entendido, te encuentras en Australia rodando Thor. ¿Has podido explorar algún lugar especial o te ha despertado algún extraño pájaro exótico?
Es una ciudad increíble. Tiene los paseos, las playas, la naturaleza (y, efectivamente, los pájaros) más preciosos. Hay unos pájaros llamados loris arcoíris que, como su propio nombre indica, tienen los colores del arcoíris, y te despiertan por la mañana. Te despiertas rodeada de cantos de pájaros. Parecen del tipo de los que, desafortunadamente, alguna gente tendría en sus casas metidos en una jaula, pero están volando libremente por todas partes. Resulta de lo más mágico.

Hace poco subiste una fotografía de hace unos años junto a Britney Spears. Últimamente hemos estado dándole muchas vueltas a los años 2000 y al trato que se le procuraba a las mujeres en aquel entonces. ¿Ves alguna similitud entre vuestros antecedentes, ya sea en lo que a las presiones sociales en general se refiere o a algún incidente concreto, dado que las dos empezasteis vuestras carreras siendo muy jóvenes?
Bueno, la verdad es que no puedo comparar en absoluto mi experiencia con la de ella. Creo que ella tuvo que afrontar unos niveles de atención y un tipo de enfoque muy diferentes. Pero creo que cuando se recibe una cantidad tan extraordinaria de atención, la gente trata de crear determinada narrativa para ti. Eso es lo que ha sucedido en gran medida y sigue sucediendo: la gente trata de representar la vida de las mujeres, o de las chicas, de una manera determinada que es la que les interesa en lugar de permitir que la niña, o más adelante la mujer, sea la autora de su propia existencia. Si hay algún aspecto positivo en las redes sociales, creo que es ese, porque le dan la oportunidad a la gente de comunicarse de manera directa y poder expresarse tal y como quieren.

Hablando de redes sociales, tú has construido toda una comunidad en torno a los libros. ¿Qué es lo que hizo surgir ese club de lectura?
Una de mis cosas favoritas de Instagram es encontrar nuevos amigos o gente que me genera curiosidad y con quien tengo gustos similares en cuanto a las lecturas, y después enterarme de lo que están leyendo. Creo que siempre es una manera genial de conocer la existencia de libros nuevos a los que quizás no estaría expuesta. Leer es una de mis mayores alegrías en la vida. Y además es una oportunidad increíble de cara a conocer autores y plantearles preguntas, algo que básicamente también es uno de los privilegios más guays que conlleva el ser un personaje público: la posibilidad de llamar de repente a un escritor o escritora a la que admiro y poder hablar con ellos. Así que ha sido fantástico poder compartir todo eso y poder conocer también la experiencia de otras personas leyendo juntos el libro.

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¿Cómo te las apañaste para leer en Australia? O cargas con mucho equipaje o has conseguido incorporar el libro electrónico a tu estilo de vida. ¿Qué tienes ahora mismo en la mesilla?
Tengo el último libro de Rachel Cusk, se llama Second Place. Ese será el siguiente. También tengo algunos libros australianos que me han dado mis amigos. Uno es The Lost Flowers, de Alice Hart, y otro se titula Fathoms: The World in the Whale. Acabo de terminarme el último libro de Jhumpa Lahiri, Whereabouts. Ella es una pasada. También me he obsesionado un poco con Deborah Levy. Estoy tratando de leer todo lo que ha escrito porque se ha convertido en un gran icono para mí.

¿Qué es lo que te atrajo de la obra de Elena Ferrante?
Bueno, probablemente Elena Ferrante sea mi escritora favorita, o debería decir más bien una de mis escritores favoritos, porque admiro a muchos. Y Los días del abandono es, en mi opinión, su libro más potente. Me hizo sentir muchísimas cosas. Su estilo narrativo es muy crudo y visceral. Creo que es muy importante lo que ha hecho con el anonimato, que es por lo que me enfado tanto cuando la gente trata de revelar su identidad. Porque, de nuevo, está permitiendo que las mujeres sean las autoras de su propia existencia y ella ha decidido ser anónima y expresarse de manera anónima, y creo que es algo muy importante de cara al resto de mujeres. Porque, ¿te imaginas lo honesta que puede ser una mujer con su arte cuando no tiene que rendirle cuentas a nadie?

Tienes por delante el proyecto de la adaptación de Lady in the Lake (“La dama del lago”) de Laura Lippman. ¿En qué medida te sentiste identificada con ese libro?
En el caso de Lady in the Lake, en mi opinión trata sobre una mujer judía en el Baltimore de los años 60 y su deseo de ser libre. Me recordó mucho a la existencia de mi abuela como mujer más o menos de la misma edad en Cincinnati durante los años 60. Siempre me atraen las cosas que pueden ayudarme a entender mejor mis propias raíces, así que sin duda me resultó muy interesante.

Las matriarcas suelen surgir en las conversaciones en torno a la belleza porque tenemos pinceladas de recuerdos en torno a su pintalabios o el olor de sus polvos de maquillaje, por poner un ejemplo. ¿Tienes ese tipo de recuerdos con tu abuela?
Sí, claro. A mi abuela le encantaban los productos de belleza. Utilizaba siempre mucho maquillaje y mucho perfume. Sin duda es una abuela que recuerdo por su buen olor y su glamour. Creo que para ella era una manera de expresarse, una manera de expresar su habilidad que no pudo explorar desde otros ámbitos, y también sin duda una manera de mimarse.

Han circulado en Internet algunas primeras imágenes de la última de Thor. ¿Qué tipo de entrenamiento has realizado para prepararte para el papel?
Fue muy divertido. Trabajé con una entrenadora, Naomi Pendergast, creo que durante cuatro meses antes de empezar a rodar y después obviamente durante todo el rodaje. Entrenamos mucho con pesas y tomé muchos batidos de proteínas, fue un entrenamiento con mucho peso de por medio, algo que nunca había hecho antes. Por supuesto, mi objetivo nunca fue ponerme cachas. Todo era muy físico, así que trabajamos mucho la fuerza y la agilidad.

Me fascina ese tipo de trabajo, quizás porque he pasado mucho tiempo encerrada en mi casa, pero sí que di clases de ballet con la plataforma LAPD de Benjamin.
¡Fantástico!

Ya has tenido papeles con mucha carga física, como en el caso de Cisne negro. Y ahora en el de Thor. ¿En qué medida ha influido esa transformación física en tu trabajo frente a las cámaras?
No cabe duda de que te ayuda a meterte en el personaje y ha cambiado mi manera de moverme. Caminas de forma diferente, te sientes diferente. Es una pasada sentirme fuerte por primera vez en mi vida.

Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.

Artículo original publicado por Vanity Fair USA y traducido por Darío Gael Blanco. Acceda al original aquí.

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