¿Has perdido de vista el ejercicio y la alimentación saludable durante el verano? Sentirse hinchada después de un periodo en el que los horarios y hábitos brillan por su ausencia es bastante común. Pero tranquila, ¡recuperar el vientre plano después de verano es posible! Te proponemos algunos ejercicios que pueden ayudarte.
1. Laterales
Tumbada de lado y con el brazo superior apoyado en el suelo, eleva el tronco y las piernas con los pies estirados. Haz varias repeticiones y luego cambia de lado. Con este ejercicio trabajarás todo el abdomen.
2. Cambio de peso
Colócate boca abajo con los pies flexionados y mantén el peso de tu cuerpo con un solo brazo. Aguanta un par de segundos y cambia de brazo. Este ejercicio te ayudará a ganar fuerza en el abdomen y también trabajar el equilibrio. Para que sea efectivo es importante que mantengas el abdomen firme durante todo el ejercicio.
3. V invertida con flexión
Ahora ponte boca abajo en la postura de la v invertida y flexiona las rodillas. Es importante que mantengas la espalda y los brazos estirados. El movimiento debe ser pausado pero constante.
4. El cuatro
Ahora la fórmula se complica un poco más. Estira las piernas y los brazos, como si fueras a hacer unas flexiones clásicas. Después flexiona una de tus piernas y coloca el pie a la altura de la rodilla, mueve tu cuerpo hacia arriba y abre la rodilla como ves en la imagen. Se trata de un ejercicio súper completo con el que conseguirás un vientre fuerte y plano.
Lo más recomendable es que combines esta rutina de abdomen con un entrenamiento cardiovascular que produzca un mayor gasto energético y mejore tu forma física de forma completa. Correr, bailar, caminar a buen ritmo, nadar, montar en bicicleta… ¡hay muchísimas opciones!
Eso sí, aunque estos ejercicios y el deporte en general pueden ser muy efectivos si los realizas de forma constante, la alimentación es fundamental tanto para adelgazar como para mantener un peso saludable y, en definitiva, estar sana y llena de energía. Para ello lo mejor es que apuestes por una dieta rica en verduras, frutas, legumbres, frutos secos y otros alimentos no procesados. Si tienes la posibilidad, acudir a un dietista-nutricionista puede ser muy interesante para aprender a comer de forma adecuada, en función a tus necesidades personales.
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