¿Serías capaz de diferenciar un alimento ultraprocesado de uno procesado? Te vamos a dar una pista: cuanto más manipulado esté, más aditivos tendrá y, por tanto, será más dañino. Así que todos esos productos envasados y con una larga lista de ingredientes y conservantes son en definitiva un enemigo para tu salud.
Y ¿cómo sabes cuáles son los más puros y sanos? Todos aquellos que no llevan etiqueta de ningún tipo y que se compran en tiendas a granel como: frutas, verduras, carnes y pescados frescos.
Ahora bien, es cierto que no podemos, -o que es muy complicado-, lograr tener una dieta libre de procesados, así que también es importante conocer las diferencias que existen entre los alimentos procesados que, a pesar de que estén tratados, siguen manteniendo propiedades nutricionales, y los ultraprocesados, que son básicamente alimentos vacíos, que no aportan nada y dañan nuestra salud.
Un nuevo estudio realizado en la Universidad de La Sorbona (París) y publicado en la revista British Medical Journal, asegura que la comida ultraprocesada podría tener una relación directa con el cáncer.
Los ultraprocesados contienen altos niveles de grasa saturada, azúcar y sal. En su mayoría estos contienen pocos alimentos enteros o incluso ninguno. Vienen listos para consumirse y requieren de poca o ninguna preparación.
Para su elaboración se suele utilizar grasas, aceites, almidones y azúcar. Los expertos explican que este tipo de alimentos están compuestos por ingredientes como aditivos perseverantes, estabilizadores, emulsificantes, aglutinantes, aumentadores de volumen, endulzantes, resaltadores sensoriales, colorantes y saborizantes.
Prácticamente la mayor parte de productos que tienen largas fechas de caducidad son ultraprocesados. Básicamente entre el 70 y el 80% de los alimentos que hay en el súper son ultraprocesados. Te damos algunos ejemplos: snacks dulces y salados, las patatas fritas de bolsa, los caramelos y la bollería, las galletas, pasteles, pizzas preparadas, palitos de pescado o marisco, nuggets, zumos, batidos, lácteos azucarados, cereales, salsas, helados, chocolates, salchichas, productos precocinados…
Los productos procesados o los mínimamente procesados no tienen nada que ver con los ultraprocesados. Se trata de alimentos con buena calidad nutricional que han sido tratados mínimamente o que el tratamiento que se les ha dado mejora sus cualidades.
En este grupo se incluyen algunas conservas vegetales, alimentos congelados (pescados, carnes o verduras), los quesos artesanos o el aceite de oliva, entre otros.
Una dieta con exceso de azúcar, grasa y sal aumenta el riesgo de padecer obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.
A la hora de mirar el etiquetado debes prestar atención a estos puntos:
– El listado de ingredientes: si no hay alimentos que reconozcas en el listado, es una mala señal. También si existe una larga lista de aditivos, lo mejor es evitar el producto.
– Los valores nutricionales: es fundamental fijarse en la cantidad y calidad de grasas, la cantidad de azúcares y la de sal. Si están en una elevada proporción es un claro ultraprocesado.
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