Han pasado siete meses desde que falleció el pequeño Gabriel Cruz. El pequeño, ocho años, que desapareció el 27 de febrero de 2018 en una finca de Rodalquilar, en Almería, donde fue encontrado el pasado 11 de marzo. Ana Julia Quezada, que era la pareja de Ángel, el padre del pequeño, es la autora confesa y única acusada de la muerte de Gabriel y es la primera mujer que se enfrenta en España a una pena de prisión permanente revisable. Este jueves se pone punto y final a un juicio que comenzó el 9 de septiembre. Tanto la Fiscal como la acusación particular solicitaron prisión permanente revisable para la autora confesa del crimen. Además, la Fiscal pide 10 años más por lesiones psíquicas a los padres del menor.
Ana Julia ha recibido el veredicto por parte de un jurado popular formado por por siete mujeres y dos hombres. Tras haberse valorado las pruebas, el jurado tenía que decidir si era culpable o no, y en qué grado. El jurado encuentra «culpable del asesinato con alevosía» del pequeño Gabriel. También encuentra culpable de lesiones psíquicas a Patricia Ramírez, la madre del pequeño; asimismo, culpable de lesiones psíquicas que aumentaron el sufrimiento de Ángel Cruz, el padre.
Una carta de arrepentimiento
La asesina confesa de Gabriel escribió una carta dirigida al padre del pequeño para pedirle «perdón» a él y «a todos los familiares». «No tengo palabras para decirte esto, pero quiero que sepas que no tengo excusas para lo que hice. Sé que se dicen muchas cosas, pero no todas son ciertas, solo sé seguro que el miedo te bloquea y eso me pasó a mí«, comenzaba la carta.
«Entiendo que no me creas porque es lo más normal, pero no tuve el valor suficiente para decirte que por un lamentable accidente te quité lo más grande que uno puede tener», seguía.
Antes de finalizar, Ana Julia escribió que no le importaba pasar toda la vida entre rejas ya que se arrepentía de «todo el daño» que ha hecho a toda la familia.
Una agónica búsqueda
Fueron 12 días de búsqueda del niño que desapareció tras salir de casa de su abuela y que había muerto a manos de la pareja de su padre el mismo día de su desaparición. Al parecer, la autopsia recoge que la acusada le dio una paliza de muerte al niño y que, 45 minutos o una hora después tras fumar y cavar un hoyo para enterrarlo, al ver que el pequeño aún respiraba, le remató tapándole la boca.
Ana Julia estuvo participando en las tareas de búsqueda, arropando a los padres de Gabriel, Ángel y Patricia, hasta que fue descubierta por la policía como autora del crimen. Ha estado un año y medio en la cárcel a espera de juicio.
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