"Nunca estoy realmente satisfecho con nada, porque este mundo está en constante cambio", confesaba Tadashi Yanai, dueño de Uniqlo, al diario australiano The Australian . "Cuando estás escalando y llegas a la cima, siempre ves otra montaña más alta. Subes ese pico y ves otro. En algún momento moriré, porque así es la vida, pero seguiré escalando montañas hasta que pueda porque disfruto mucho del proceso”.
Se puede decir que a lo largo de sus 70 años, Tadashi Yanai, el Amancio Ortega japonés, ha escalado unos cuantos "sietemiles" hasta convertirse en el hombre más rico de Japón y en uno de los más ricos del mundo –ocupa el puesto 26 según Bloomberg –. En 2016, al fundador y actual presidente de Fast Retailing –el Inditex japonés–, del que Uniqlo es su buque insignia, se le estimaba un patrimonio de 13.000 millones de euros, (a Amancio Ortega se le adjudicaba un patrimonio de casi 80.000 millones de euros ). Y aunque Tadashi asegura que no está interesado en el dinero, reconoce que le hace gracia ser el hombre más rico de Japón, según confesó al Financial Times .
El “señor Uniqlo” nació en Ube, una localidad al sur de la isla de Japón que hoy tiene alrededor de 174.000 habitantes. Sus padres, de origen humilde, regentaban una tienda de ropa: el local daba a la calle y la vivienda familiar estaba justo encima. Aunque desde pequeño sabía que tendría que ocuparse del negocio familiar por su condición de hijo único, Tadashi fantaseaba con la idea de convertirse en asalariado de una gran compañía, a la que ir vestido de traje y corbata cada día.
Estudió en la escuela de su ciudad y más tarde ingresó en la prestigiosa universidad de Waseca, donde se licenció en Ciencias Económicas y Políticas en 1971. En aquellos años, pasaba las horas muertas escuchando jazz, jugando al mah-jong, y sumergido en la cultura yankee. Desde entonces, guarda una especial fascinación por el inglés, el idioma que se emplea oficialmente en su empresa, donde sus dos hijos, Kazumi, de 44 años, y Koji, de 42, ejercen de vicepresidentes.
Tras licenciarse en 1971, empezó a trabajar para la cadena de supermercados Jusco, donde vendía utensilios de cocina y ropa de hombre. Pero un año más tarde volvió a su localidad para trabajar en la tienda de sus padres y planificar su ambicioso plan de escalada.
En 1984, lo nombraron director gerente del negocio en expansión y estableció la primera sucursal del almacén de Unique Clothing Warehouse en las calles secundarias de Hiroshima. Siete años más tarde, en 1991, cambió el nombre de la empresa familiar, Ogori Shoj, por uno en inglés, Fast retailing, que hacía un guiño a las cadenas de comida rápida.
Uniqlo, una contracción del nombre original, comenzó a expandirse y a mediados de los años 90 ya contaba con más de 100 tiendas. Hoy la marca japonesa tiene más de 1.000 tiendas en todo el mundo. A 2017, cada siete días abría una tienda Uniqlo en alguna parte del mundo. Esta semana le ha tocado a Madrid.
PASIÓN POR EL GOLF
Yanai vive en Shibuya, el distrito comercial de Tokio –una ciudad mucho más grande y cosmopolita que la A Coruña de Amancio–, y en su mansión, de 16.600 metros cuadrados, mandó construir un minigolf en el jardín. Su pasión por ese deporte es tal –el empresario posee un hándicap de 11–, que juega cada sábado y domingo en el exclusivo Country Club Koganei y es dueño de dos campos de golf en Hawaii valorados en unos 75 millones de dólares . En 2013 contrató al golfista Adam Scott como imagen de Uniqlo, algo que debió de darle suerte porque seis días después ganó el Masters de Augusta.
Yanai comienza a trabajar a las siete de la mañana y le gusta volver a casa sobre las cuatro de la tarde para pasar tiempo con su esposa y, adivinen, poder dedicar unas horas a hacer lo que más le gusta: jugar al golf. Como Amancio, es una persona solidaria: en 2011 donó mil millones de yenes (7,5 millones de euros) a las víctimas del terremoto y el tsunami que asolaron la isla en marzo de 2011.
Pese a que proyecta una imagen personal muy exitosa, no duda en reconocer la importancia que han tenido los fracasos en su vida. Como el mismo señala en su autobiografía "One win, nine losses " [Un éxito, nueve fracasos] publicada en 1991, "he cometido muchos errores. La gente se toma sus fracasos demasiado en serio. Hay que ser positivo y creer que lo lograrás la próxima vez".
Artículo publicado originalmente en septiembre de 2017 y actualizado
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