Las cosas como son: comer sano es más caro que consumir chucherías. Y no, no hablamos solo de introducir a tu dieta todos los productos de moda: que si la chia, la miel de agave… lo cierto es que no todos los bolsillos se pueden dar el gusto de comer salmón tres veces a la semana. Sin embargo, siempre existen opciones que te permiten comer sano y ahorrar. Y recuerda que cuando se trata de alimentarnos bien lo debemos ver como una inversión a largo plazo, esto te va a ayudar a preparar tu cuerpo para contrarrestar, por ejemplo, enfermedades.
Hay dos maneras de comer saludable, puedes llenar tu dieta de superalimentos y suplementos, que son más caros pero te permiten variar más. La otra opción es llenar tu dieta de alimentos nutritivos, saludables, naturales que no son tan costosos pero te darán los mismos resultados.
Uno de los alimentos más populares que tiene muchos beneficios es el salmón. Es un pescado rico en omega 3, ayuda a bajar colesterol y triglicéridos. Además es buenísimo para mejorar la sensibilidad a la insulina y con esto también mejora la composición corporal. El omega 3 controla el estado de ánimo, tu apetito, etc. Pero este pescado es costoso; sin embargo, la sardina es mucho más económica y tiene los mismos nutrientes. Así que ya sabes.
La col rizada es un vegetal superproteico que contiene muchísimos antioxidantes. Su sustituto más económico es el brócoli, un alimento número uno en la prevención de enfermedades como el cáncer.
Los espárragos también son caros. Es un alimento diurético, elimina el exceso de líquido, pero puedes sustituirlo por el pepino, que es muy económico y refrescante.
La quinoa es un seudograno, es un carbohidrato complejo alto en proteína. Una alternativa a esta, además libre de gluten, son las lentejas: tienen muchísima más fibra, alta en minerales y te da energía positiva porque es un carbohidrato completo, así que la cantidad de insulina que vas a segregar es menor.
Los frutos secos son alimentos muy beneficiosos, pero un poco costosos. Si ves que tu presupuesto aumenta mucho al consumirlos todos los días, puedes variar su consumo por garbanzos rostizados. Estos contienen muchísima fibra, son libres de gluten y son más bajos en calorías, lo que te indica que puedes consumir un poco más. Al agregarles el toque de aceite de oliva les añades esa grasa buena que les falta.
Las semillas como la chía también son caras, pero tiene muchísimos beneficios, además de absorber mucha agua. La linaza es una opción mucho más saludable, debes molerla para obtener todos sus beneficios.
En vez de gastar tu dinero en barras de proteína, opta por huevos cocidos, que es una perfecta alternativa para merendar la proteína y la grasa que necesitas. No le tengas miedo a la yema puedes consumir hasta dos al día.
Trata de no caer en las modas. Lo importante es aprender a identificar cuáles son los alimentos que mejor le caen a tu cuerpo y listo. Encontrar un equilibrio dentro de todo. Siempre sale más barato preparar recetas que comprar los productos elaborados, por ejemplo: la mantequilla de maní.
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