La gripe, los resfriados y los catarros suelen estar a la orden del día en invierno y pocos son los mortales que se libran de andar con el pañuelo y los medicamentos a cuestas estos días. Toma nota de estos consejos para reforzar tus defensas en invierno y mejorar tu salud.
¡Supervitaminarse y mineralizarse!
En invierno es fundamental mantener fuerte el sistema inmunológico para evitar enfermedades o reducir la duración de sus síntomas. Aumenta en consumo de alimentos ricos en vitaminas del grupo B, C y minerales como el hierro para que tus defensas estén bien preparadas para pelear con los virus y bacterias que pululan a sus anchas en época de frío.
Alimentos como el brócoli, las fresas, la coliflor, la naranja o los tomates cuentan con una buena dosis de vitamina C; la vitamina B la puedes encontrar en los huevos, carnes, pescados, hígado, kéfir, miso, kale o los frutos secos; y el hierro en mariscos de concha, vísceras, semillas y carnes rojas entre otros alimentos.
La higiene es clave
Desgraciadamente la cultura japonesa de protocolo anticontagio no se ha instaurado aún entre los occidentales y es fácil que nos traspasemos enfermedades con facilidad. La tos, los estornudos, el contacto físico, incluso tocar una superficie que ha tocado previamente una persona con resfriado, que no haya sido escrupulosa en su higiene de manos, puede provocar que enfermemos.
Lo ideal es reforzar los hábitos de higiene durante el invierno, lavarse mucho las manos, no solo las veces habituales como después de ir al baño y antes de preparar la comida, también hacerlo después de estar en contacto con superficies que estén expuestas al gran público como las barras del metro, el pasamanos de las escaleras mecánicas, en el médico… lleva siempre un limpiador desinfectante en el bolso, no ocupan mucho espacio y te pueden salvar de más de un catarro.
Evita los cambios bruscos de temperatura
Los golpes de calor y de frío afectan al cuerpo y lo debilitan por lo que es aconsejable no pasar de una temperatura extrema a otra de forma inmediata para que el sistema inmune no flaquee. Esto no es fácil cuando sales a la calle y hace un frío polar y al entrar en recintos cubiertos como tiendas, transporte público, teatros… la calefacción está a tope y tienes que empezar a quitarte ropa para no morir asfixiada.
Intenta mantener constante la temperatura corporal, en casa es fácil porque puedes ajustar la temperatura con el termostato, lo ideal sería una temperatura entre 19º y 21º y ventilar a diario. En la calle piensa si vas a salir a pasear o si vas a utilizar transporte público, vas de tiendas o al cine por ejemplo, viste de acuerdo a lo que vayas a hacer y dónde vayas a ir, por ejemplo si vas a salir a pasear en pleno invierno puedes ponerte una camiseta térmica y jersey y ropa adecuada, si vas a pasar tiempo en el metro o el bus lo mejor es usar el método cebolla para poder ir quitándote capas y no sufrir golpes de calor.
Bye, bye estrés
El estrés excesivo es uno de los principales factores de la aparición de enfermedades ya que, si es una situación continuada, altera el sistema inmunológico. Aunque es muy fácil decir que evites el estrés no es tan fácil deshacerse de él de la noche a la mañana pero se puede aprender a combatir con algunos trucos infalibles. Te recomendamos hacer ejercicio, practicar técnicas de relajación, meditar a diario y comenzar a ver la vida como una cuestión de prioridades, la planificación en estos casos alivia mucho el peso del estrés.
Ejercicio y descanso
Además de ayudar a combatir el frío, el ejercicio es la mejor forma de mantenernos activas, tonificadas y de reforzar las defensas. Siempre es recomendable el ejercicio moderado ya que el intenso provoca una disminución de las defensas a más largo plazo que el moderado y no existe una sobrecompensación, algo que en el caso de realizar ejercicio moderado sí sucede.
Dormir al menos de 7 a 9 horas diarias, depende siempre de las necesidades de cada persona, es importantísimo para mantener el organismo saludable e impedir que los microbios se instalen con facilidad. Para facilitar el descanso no hagas ejercicio físico intenso antes de acostarte, cena ligero al menos 2 horas antes de irte a la cama y apaga tus dispositivos electrónicos, leer un buen libro o darse una ducha calentita siempre es un buen ritual para caer más fácilmente en los brazos de Morfeo.
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