¿Tenemos serie del año? Tenemos serie del año. O al menos del otoño. Y es que ‘Emily in Paris’ se ha convertido en la última gran revelación de Netflix, entre dolientes críticas, exceso de tópicos y mucha fascinación. No podemos decir que el éxito nos pillara por sorpresa, sobre todo si tenemos en cuenta que detrás de este proyecto se esconde el talento de Darren Starr y Patricia Field, creador y estilista, respectivamente, de la mítica ‘Sexo en Nueva York’.
Lily Collins es una Carrie Bradshaw 2.0 de Chicago, recién aterrizada en París, tras lograr el trabajo de sus sueños. Amante de las redes sociales y con una facilidad admirable para encandilar a todos los chicos guapos de la ciudad sin desprenderse de esa inocencia de «yanqui en apuros», hará que envidiemos cada segundo de su nueva vida durante 10 amenos capítulos. Su vida… y su armario. Y es que el estilo de Emily –al igual que el de su amiga Camille– podría definirse como el buen gusto llevado al extremo. Prendas de ensueño, mezclas imposibles y un armario capaz de multiplicarse, como el de Carrie Bradshaw, aunque al menos en esta ocasión el trabajo de ejecutiva en marketing parece algo más creíble que el de columnista para alimentarlo.
Pero no todo iba a ser moda: los planos paseando por las calles de París y las cafeterías coquetas han logrado que nos enamoremos, todavía más, de la ciudad de la luz. ¿Nos acompañas? Prometemos que esta ruta es una fábrica de ‘likes’.
La Boulangerie Moderne
Es la panadería donde oímos a Emily chapurrear sus primeras palabras en francés mientras descubre las maravillas del ‘pain au chocolat’. Su orgasmo culinario es la prueba de que la France hay que descubrirla también a través de sus dulces. En la vida real, la Bolangerie Moderne es igual de coqueta que en la ficción y la encontrarás en la 16 Rue des Fossés Saint-Jacques.
Les Deux Compères
Una comida con amigas, una cena de empresa, un flechazo de última hora con el cocinero… Les Deux Compères es el típico bistró parisino donde todo puede pasar y una de las localizaciones más recurrentes de la serie. También en la realidad está ubicado junto a la panadería (no muy lejos del Panteón) aunque con el nombre Terra Nera y una carta repleta de propuestas italianas. Seguro que a partir de ahora clientela no le falta.
Marché des Enfants Rouges
Vale, dar con el mercado exacto es complicado pero teniendo en cuenta que Emily vive en la Place de l’Estrapade, bien podría ser el Marché Maubert. O quizás el algo más apartado Marché Bastille. En París no faltan los mercados en los que mimetizarse como una parisina más. Uno que ha sabido resistir el embate de turistas es el Marche des enfants rouges, el mercado cubierto más antiguo de París. Ubicado en el barrio de Le Marais, su aire alternativo te permitirá probar la cocina local o las últimas propuestas veganas, sin subestimar su cocina internacional. Hasta Camille se lo recomienda a Emily en un capítulo. ¿Necesitas más garantías?
Jardin du Palais-Royal
El banco donde Emily y Mindy se conocen y al que tantas veces vuelven para gestionar sus dramas. Ubicado en los jardines del Palacio Real, cerca tienes el Museo del Louvre y el Jardín de las Tullerías para completar la mañana. Ah, y la cita inspiracional que tantas veces vemos detrás de las amigas reza ‘Aujourd’hui, c’est demain et hier qui s’épousent’, que significa algo así como «hoy es el ayer y el mañana que se casan», del poeta Jean Cocteau.
Asiduas a los jardines del Palacio Real, pero también a las terrazas que descansan bajo los arcos de este majestuoso edificio para disfrutar de un buen vino. Casualidades de la vida, en estos mismos arcos se encuentra también Le Grand Véfour, un restaurante con dos estrellas Michelin y espectaculares interiores que reflejan la estética y opulencia del siglo XVIII en el que Emily trata –sin éxito– de reservar mesa.
La Maison Rose
Alerta: otro imán para turistas, esta vez en el barrio de Montmartre. La terraza donde Emily y Mindy vuelven a refugiarse en una copa de vino es todo un reclamo de fachada rosa, perfecto para picar algo y reponer fuerzas tras enfrentarse a las cuestas hasta el Sacre Coeur. Lleva más de un siglo en pie y, según dicen, hasta Picasso se rindió a sus encantos. La maison rose es una de las razones por las que la rue de l’Abreuvoir ha sido definida como una de las más bonitas de París, pero la cosa no acaba aquí. Si continuamos calle abajo llegaremos a Place Dalida, donde ruedan la escena del anuncio de colchones. Aquí arranca un callejón, Allé des Broullards (de las nieblas), donde encontramos el ‘chateâu’ en el que vivieron numerosos escritores, artistas e intelectuales, como Nerval o Renoir, y que todavía conserva el misticismo. Continúa un poco más hasta Villa Leandre –otra candidata a calle más bonita de Montmartre– y habrás llegado a Marcel, una de las mejores direcciones para disfrutar de un ‘brunch’ en París.
Ralph’s
Una serie que aúna moda –y sitios de moda– no podía pasarlo por alto. Puede que estuvieras prestando más atención a los diálogos de la escena, cuando Emily y su acompañante se burlan del acento francés, pero el restaurante detrás de esas sillas de cuero, obras de arte y elegantes cortinas es Ralph’s, el restaurante del diseñador Ralph Lauren que lleva los sabores americanos –atención a sus hamburguesas– hasta el corazón de parís.
El ‘château’ de Camille
La escapada idílica a la bodega que regenta la familia de Camille puede convertirse en realidad si alquilamos un coche y ponemos rumbo al Valle del Loira. A pesar de que el Château de Sonnay no se puede visitar, cuenta con una bodega operativa y se encuentra a tres horas de París, en una zona plagada de castillos perfecta para degustar sus caldos con denominación de origen. Si no tienes cuerpo para tanto viaje, puedes comprar su vino aquí.
Café de la Nouvelle Marie
Dícese del típico café parisino de terraza minúscula pero siempre concurrida que inunda nuestro ‘feed’ de Instagram. Precisamente es uno de los sitios fetiche de Emily y Mindy para tomar café y está ubicado en la Place de l’Estrapade, debajo del apartamento de la protagonista. Quiche, ostras… Optarás por quedarte a comer.
Atelier des Lumieres
Mientras se adentran en el Atelier des Lumieres, vemos cómo ‘La noche estrellada’ de Van Gogh se funde sobre los protagonistas. Este juego de luces forma parte de una exposición inmersiva y se ha convertido en uno de los reclamos culturales de París a día de hoy. Ahora mismo ofrece un viaje virtual por las obras de Monet, Renoir, Chagall e Yves Klein pero no les pierdas de vista: seguro que tenemos arte y luz para rato.
Faust
Aunque el puente Alexandre III se convierte en una de las localizaciones más icónicas gracias al anuncio que ahí ruedan, hemos querido rescatar el clásico parisino donde se dejan ver después, Faust. Si su terraza es famosa –aquellos tiempos no tan lejanos en los que los parisinos se abarrotaban para beber vino junto al Sena al atardecer– lo es todavía más su discoteca.
Café de Flore
Creemos que la facilidad de Emily para entablar conversación con desconocidos es directamente proporcional a lo ideal que sea la localización en la que se encuentra. Prueba de ello es esta estampa, algo pastelosa, en la terraza de Café de Flore. Estamos ante todo un emblema en el Boulevard de Saint Germain que ha visto a figuras como Hemingway, Camus o Saint Laurent pasar por sus mesas.
La magia de París
Más allá de bares, galerías y restaurantes, la serie de Netflix también se pasea por los lugares más emblemáticos de la ciudad para cumplir con las vistas de rigor, como las que se obtienen de la Torre Eiffel desde Café De L’Homme en Trocadero, organizando un desfile frente a la casa de la moneda (Monnaie Paris) o subiendo la escalera del Palais Garnier donde Emily acude a ver ‘El lago de los cisnes’. Sabemos que después de esto será inevitable no correr a por una ‘baguette’ y desempolvar la boina pero tranquila, habrá tiempo para volver. Porque sea este año o el siguiente, siempre nos quedará París, ¿no?
Vía: ELLE ES
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