Estos dos síntomas indican que tu sistema inmune está débil. Te mostramos cómo subir tus defensas para ponerlo a punto

Tienes claro que la dieta es importante para tener unas defensas fuertes (y una salud de hierro, en general), algo especialmente importante ahora que el coroanvirus sigue por ahí haciendo de las suyas. Y también que hay hábitos poco saludables (como fumar o beber alcohol), que pueden debilitar tu sistema inmune. ¿Pero tienes claro cuáles son las señales de alerta que el cuerpo te envía para avisarte de que tu sistema inmunológico está en problemas? Busca estas pistas, y si haces check al lado de cada una de ellas, es hora de ponerse manos a la obra y empezar a mimar tus defensas.

La señal más clara: tienes más de un resfriado al año

Nadie se libra de sufrir un catarro de vez en cuando, incluso en pleno agosto. Pero cuando esas pequeñas infecciones se dan a menudo (eres propensa, por ejemplo a las infecciones de garganta) es hora de tomar medidas. De media, se considera que es normal padecer un resfriado menor al año: un proceso viral que dure, como mucho, siete días. Pero si a ti te da igual que sea primavera u otoño y sufres catarros a menudo o te duran más de 10 días… es hora de ir al médico por muy débiles que sean los síntomas.

La solución: lo repetimos, la dieta es muy importante para mantener el sistema inmune en perfectas condiciones, asegúrate de seguir una dieta variada, rica en fibra, fruta de temporada y todo tipo de verduras para que no le falte de nada a la microbiota de tu intestino. Y reduce el consumo de azúcares simples y grasas poco saludables.

Además, recuerda que a medida que cumplimos años la capacidad del organismo de aprovechar algunos micronutrientes merma, por lo que es especialmente importante que refuerces tu dieta con este tipo de alimentos. Si ni aún así mejora tu suerte y sigues saltando de un resfriado a un catarro, consulta con tu médico la posibilidad de tomar suplementos de vitaminas adaptados a tus necesidades.

La señal que te llega desde el trabajo: siempre enfermas en vacaciones

El estrés se lleva mal con nuestras defensas. De hecho, el estrés crónico es capaz de “robarnos” nutrientes esenciales para el el sistema inmunológico y hacer que esas vitaminas y minerales que las defensas necesitan para estar en perfecto estado nunca lleguen a su destino. Y este proceso de “secuestro” de micronutrientes es independiente de tu dieta, es decir, tú puedes estar siguiendo la dieta más saludable del planeta rica en verduras y frutas, pero el estrés impide a tu organismo repartir y aprovechar los nutrientes de la forma correcta.

¿Cómo puedes saber si este es tu caso? Pues porque después de una gran entrevista o cita en el trabajo o justo los primeros días de vacaciones, es decir, cuando decae el pico de estrés, siempre caes enferma. Si te sientes identificada con esta “mala suerte”, alerta, porque tus defensas no están recibiendo lo que necesitan.

La solución: si las infecciones siempre te esperan agazapadas después de un esfuerzo en el trabajo, estás estresada aunque no seas consciente de ello. échale una mano a tu mente y a tu sistema inmunológico tomando cartas en el asunto y practicando actividades relajantes a diario. El yoga (o practicar cualquier ejercicio durante media hora al día), la meditación o el mindfulness te pueden ayudar.

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