La lubina también se conoce como róbalo. Es un pescado blanco de agua salada que pertenece al grupo de los pescados semigrasos. Un alimento muy nutritivo con un gran aporte de proteína, muy similar en cantidad y calidad de proteínas a las de la carne, pero con la ventaja de aportar menos calorías, por lo que es perfecto para dietas de reducción de peso. Además de sus beneficios, habría que añadir su versatilidad a la hora de cocinarlo. Eso hace que sea uno de los favoritos de muchos hogares españoles.
Ya te hemos enseñado a preparar Lubina al papillote con pimientos y lubina glaseada. Ahora te damos una receta más a tu repertorio y esta vez se supera por su originalidad: Lomos de lubina al vapor con soja. La fusión entre el jengibre y la soja hará las delicias de todos los comensales.
Los mayores estándares de calidad
Crianza de Nuestros Mares garantiza a sus clientes que sus pescados: doradas, lubinas y corvinas han contado con los mayores estándares de calidad durante todo el proceso productivo, que va desde el nacimiento de los pescados hasta su llegada a los puntos de venta.
Lomos de lubina al vapor con soja
Ingredientes para 4 personas: 4 lomos de lubina, 1 cebolleta, un poco de cilantro fresco, jengibre, pimiento rojo, salsa de soja, aceite de girasol y vino blanco.
PASO 1
Poner los cuatro lomos de lubina en una vaporera y cocerlos al vapor con un poco de jengibre fresco que debes cortar en juliana y poner encima de cada lomo. Si no tienes vaporera, puedes cocerlos en agua y añadir la especia. Una vez hechos, resérvalos.
PASO 2
A continuación pon unas láminas de cebolleta encima de cada lomo. Calienta el aceite de girasol (para que esté a temperatura muy elevada). Sirve dos cucharadas soperas –aproximadamente– sobre cada lomo y la misma cantidad de soja fina pero sin calentar.
PASO3
Para terminar, pon los lomos en el plato y decora con unas tiras de pimiento rojo, cebolleta y cilantro por encima para darle color. Y un último consejo: para que sea más fácil, haz la lubina en papillote reduciendo la soja con un poquito de vino blanco. Si no tienes jengibre fresco, búscalo en polvo.
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