El pasado viernes 17 de julio, la princesa Beatriz de York dio el ‘sí, quiero’ frente al altar a Edoardo Mapelli en la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor. Lo hizo en secreto y rodeada de sus más allegados, ya que sus planes iniciales habían sido cancelados a causa del coronavirus.
Para el gran día, la princesa escogió un fabuloso vestido vintage que pertenecía a su abuela, la reina Isabel II, diseñado por Norman Hartnell, uno de los modistas reales por excelencia. Este modelo en concreto lo había lucido la monarca británica en al menos tres ocasiones: en un viaje de Estado a Roma en 1961, en el estreno de la película Lawrence de Arabia en Londres, un año después, y en la apertura del Parlamento en 1966.
El vestido está hecho de tafetán de Peau De Soie en tonos marfil, adornado con satén y un corpiño geométrico con brillantes engarzado desde el pecho hasta la mitad de la falda. Después de ser remodelado y ajustado a medida de Beatriz por Angela Kelly, la asesora de confianza de la reina, y Stewart Parvin, su diseñador favorito, ahora luce mangas de organza abullonadas; consiguiendo actualizar este precioso modelo.
Hemos querido preguntar al diseñador español Lorenzo Caprile, referente de la moda nupcial, sobre la elección de la princesa en su gran día. "Me ha gustado mucho", confiesa. No duda en elogiar al artífice del vestido, que para él fue "un grande de la costura del siglo XX".
Han pasado más de 40 años de la muerte de Hartnell y sus diseños, como hemos podido comprobar, continúan más vigentes que nunca. Además de vestir a grandes actrices de Hollywood –Elizabeth Taylor, Vivien Leigh y Marlene Dietrich–, fue el responsable de las piezas usadas por Isabel II en los días más importantes de su vida, incluida su boda de 1947 con Felipe de Edimburgo y su coronación de 1953, sin mencionar los innumerables conjuntos que usó en sus giras por el extranjero.
No es sorprendente que Caprile haya apreciado el bonito gesto de la princesa Beatriz de rescatar un diseño tan icónico e importante para la historia reciente del guardarropa de la familia real británica. A Caprile se le atribuye una colección de 10.000 prendas antiguas, que inició siendo aún adolescente cuando acompañaba a su madre de compras. "La calidad es eterna y atemporal", señala sobre el vestido de la hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. "El trabajo bien hecho estará siempre de moda".
Tanto del universo nupcial como el vintage, el madrileño sabe de sobra. Favorito entre las mujeres de la aristocracia, hace más de 20 años fue el artífice del vestido de novia de la infanta Cristina. Carla Royo-Villanova, su amiga Paloma Alonso Martínez, Mafalda Muñoz –que llevó una camisa masculina con falda de tul–, Virginia García de la Mata o Amparo Corsini –para la que ideó un patrón inspirado en Mariano Fortuny– son algunas de las que han confiado en el creador para dar el ‘sí, quiero".
Su estilo romántico y saber hacer han enamorado a numerosas mujeres que confían en él para tan importante evento, además de haber vestido a la reina Letizia en distintos eventos internacionales, como el enlace de Federico y Mary de Dinamarca, o a la infanta Elena en la boda de la princesa Vctoria de Suecia con un ‘look’ de inspiración taurina que dio la vuelta al mundo.
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