Michelle Obama sufre depresión leve. Te damos las claves para que sepas si tú también la padeces

La ex primera dama estadounidense, Michelle Obama, no está atravesando por su mejor momento (anímicamente hablando). En una sorprendente confesión la mujer fuerte que todos admiramos ha confesado en un podcast reciente que sufre los síntomas de una “depresión leve”. La situación por la que está atravesando su país (entre la pandemia del coronavirus y los incidentes raciales) han hecho mella en su estado de ánimo. “En los últimos cinco meses he tenido altibajos emocionales. Momentos en los que no te sientes como tú misma eres”, explica en el podcast que se puede escuchar en Spotify. Tras meses de apatía, pensamientos negativos en bucle y pasar más de una noche en blanco Michelle Obama ha podido darle nombre a lo que le sucede: sufre depresión leve o de bajo grado. ¿En qué consiste este tipo de depresión? ¿Cómo podemos saber si la sufrimos? Te lo contamos todo.

En qué consiste la depresión leve (o de bajo grado) y cómo detectarla

La depresión, como todos la reconocemos, no es un único trastorno que se dé de repente, lo normal es que parezca poco a poco: existe una gradación y una tipología de depresiones. La depresión leve a la que Michelle Obama alude es aquella cuyos síntomas depresivos no son muy intensos, pero sí pueden enturbiar el día a día.

Las claves de la depresión leve las da la misma Michelle Obama en su poscast al hablar de que es la situación que atraviesa su país la que la ha llenado de desesperanza. En psicología a este tipo de depresión se le llama trastorno adaptativo: ante un problema puntual (como es el confinamiento y la situación política y social a los que alude Michelle Obama), una persona puede sufrir síntomas depresivos.

Para saber si se padece una depresión leve se suele chequear que una persona sufre de manera sostenida en el tiempo de dos a cuatro síntomas depresivos. Entre los síntomas depresivos más comunes está que se te haga un mundo completar o realizar tareas rutinarias de nuestro día a día; sufrir alteraciones en el apetito (normalmente se come menos); padecer alteraciones en el ciclo de sueño (se duerme mucho menos o mucho más); tener sentimientos constantes de tristeza o pensamiento negativos recurrentes; estar más irritable de lo habitual; mostrar desinterés por hablar con gente cercana (amigos, familia…); sentir que somos incapaces de disfrutar de cosas que antes nos gustaban…

En concreto Michelle Obama confiesa sufrir al menos cuatro de estos síntomas: insomnio, negatividad, incapacidad para seguir con su día a día y desinterés por las cosas que antes la motivaban (incluido hacer deporte, algo que adora). Ante esta situación ha hecho lo que hay que hacer en estos casos: pedir ayuda. “No tengas miedo en ofrecer tu hombro para que alguien se apoye en ti o en pedir uno para ti mismo”, ha declarado en sus redes sociales, y los psicólogos no pueden estar más de acuerdo. Si convives a menudo con cuatro síntomas del listado anterior, es el momento de que busques ayuda.

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