Julio será un mes clave para Reyes Maroto Illera, ministra de Industria, Comercio y Turismo. Ha pedido a los españoles que empiecen a preparar sus vacaciones y a los extranjeros que elijan España para su recreo veraniego. El turismo es una de las atribuciones de la vallisoletana y uno de los sectores a los que el Gobierno se ha propuesto darle un empujón estos días, sobre todo después de que la ministra francesa de Transición Ecológica e Inclusión, Élisabeth Borne, haya recomendado a sus compatriotas no viajar a España bajo el argumento de que el Ejecutivo socialista da instrucciones "contradictorias" cuando pide que se viaje pero impone una cuarentena a sus visitantes.
Ante esos comentarios, Maroto responde diciendo que somos un destino seguro. Y lo hace sin aspavientos, lo que empuja a un compañero de partido a referirse a ella como "una mujer impasible". De esa manera reaccionó a las acusaciones del presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas, que dijo que no acaba de creer que los turistas puedan venir este verano porque no sería la primera vez que el Gobierno de Pedro Sánchez miente al sector. Con la misma templanza reaccionó la política cuando el periodista Carlos Alsina le preguntó qué le parecían las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón), que aseguró que el turismo en España es de baja calidad. "Cada cual tiene sus observaciones", se limitó a replicar Maroto obviando que de alguna forma está de acuerdo, pues uno de sus caballos de batalla ha sido siempre primar "la calidad por encima de la cantidad" de un sector que está bajo su batuta.
Para algunos observadores, como el periodista Arcadi Espada, esa manera de responder esquivando cualquier polémica y contestando a lo que no se le pregunta es "pueril", mientras que en el PSOE se valora como una fortaleza de "gran negociadora". Para argumentarlo, ponen el ejemplo de cómo fue su aterrizaje en política: en 2015, en la Asamblea de Madrid, de la mano de Ángel Gabilondo y arrancándole 250 enmiendas a los presupuestos del Gobierno regional del PP.
Feminista
Maroto nació en Medina del Campo (Valladolid) hace 46 años aunque pasó la infancia y parte de la adolescencia en Ataquines, localidad que no llega a los 600 habitantes, donde nacieron sus padres y que aparece en La corrupción local en la Castilla del siglo XVIII de la historiadora Concha de Castro. En ese entorno vivió la ministra hasta que se a la Universidad de Valladolid a cursar Ciencias Económicas. Ya en Madrid, trabajó en varios institutos de estudios relacionados con su materia y fue profesora asociada en la Universidad Carlos III. Al PSOE no se afilió hasta 2017 y en 2018 formó parte del primer Gobierno de Sánchez en la misma cartera que ocupa ahora.
En el partido ha sido secretaria de Desarrollo Sostenible en la Ejecutiva madrileña, tema que también abordó como responsable del Área de Economía, Sostenibilidad y Bienestar de la ya desaparecida Fundación IDEAS –think tank del PSOE. Además, Maroto es coautora de un libro colectivo en el que hablaba de otra de sus luchas favoritas: la igualdad entre sexos. En las páginas de Mujer y economía sostenible afirmaba: "La existencia de segregación sectorial recae sobre todo sobre las mujeres y por ello, no existe igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres a la hora de elegir un sector donde desarrollar su actividad laboral". Lo dice una profesional que ha sido parte del Instituto de Estudios de Género de la Universidad Carlos III y que por su trabajo tiene que moverse muchas veces en terrenos muy masculinizados: por ejemplo, el de la automoción. En esta crisis, sin ir más lejos, uno de los asuntos más delicados a los que se enfrenta es al posible cierre de la fábrica que tiene Nissan en Barcelona y que afectaría a 3.000 trabajadores de manera directa y a 20.000 de forma indirecta.
Una castellana del Barça
La idea de un crecimiento económico más responsable con el entorno y la sociedad es algo que comparte con su marido, Manuel Pisonero,con quien no acude a ningún acto público, y con quien tiene dos hijos de 8 y 12 años. Es ingeniero y al menos hasta 2014 formaba parte del área de Innovación y Desarrollo de servicios energéticos de Gas Natural Fenosa. A pesar de su discreción, en 2018 su pareja se convirtió en protagonista de una de las reuniones que Maroto presidió en Barcelona con el sector hotelero. En la Ciudad Condal, el presidente del consorcio Turisme de Barcelona y ex vicepresidente del Barça, Joan Gaspart, le regaló a la ministra una camiseta del club con el número 10, pero en lugar de llevar el nombre de su titular, el futbolista Leo Messi, llevaba el de Pisonero impreso en la espalda. Como su marido, ella también se confesó culé en esa comida, afición que no han heredado sus hijos que según contó ella misma, son seguidores de Real Madrid y el Atlético de Madrid.
Con ellos vive la ministra en Alcorcón, localidad en la que en 2018 se rumoreó que podría ser candidata a la alcaldía en sustitución de Natalia de Andrés –que estuvo presente cuando Maroto juró su cargo–, a quien la justicia pedía tres años de inhabilitación por la quiebra de una empresa municipal. Finalmente, Maroto no se presentó y dio el salto a la política nacional. Con ella se llevó a otra socialista, Isabel Oliver, mallorquina a quien nombró Secretaria de Estado de Turismo y la mujer con quien comparte hoy la tarea de convencer a los visitantes de que España es un destino seguro.
¿Monárquica?
Su feminismo es el único asunto que Reyes Maroto defiente con cierta contundencia, pues ese perfil –para algunos demasiado diplomático– hace casi imposible saber qué piensa más allá del ideario que marca su partido. El hecho de que en su foto de perfil en redes sociales comparta el plano con un retrato del rey Felipe VI hace pensar que pueda ser monárquica más allá de lo que obliga la Constitución. Precisamente con el Borbón y su esposa, la reina Letizia acudió esta semana a Merca Madrid en calidad de ministra de jornada en la que ha sido la segunda actividad presencial de los reyes en la crisis del coronavirus.
A pesar de manejar una cartera clave para la economía española, Maroto no formará parte de la Comisión para la Reconstrucción económica y social creada para que el país se recupere de los estragos de la pandemia. La dirige Patxi López y en ella están los vicepresidentes Pablo Iglesias, Nadia Calviño, Teresa Ribera, y los ministros Salvador Illa (Sanidad), Yolanda Díaz (Trabajo), Arancha González Laya (Asuntos Exteriores) e Irene Montero (Igualdad). Resulta chocante teniendo en cuenta que la vallisoletana controla un ministerio que concentra el 43% del PIB español (el comercio representa un 13%; la industria un 16% y el turismo un 16,6%) y a más de 11 millones de trabajadores (el comercio da empleo a 3.2 millones; la industria, a 5, 4 y el turismo, a 2,62 millones), según datos de la CEOE . "No estoy, pero me siento representada", ha dicho ella sobre esa ausencia haciendo gala, otra vez, de su poca disposición para entrar en debates ni en polémicas.
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