Este anorak dorado es lo más original que hemos visto en mucho tiempo y está a punto de agotarse

Sin duda el plumas se ha convertido en un básico del fondo de armario invernal en lo que a abrigos se refiere. Una pieza práctica y funcional, que incluso en su versión ultraligera ha alcanzado tanta popularidad que ya hemos asistido a la batalla entre las firmas low cost por lanzar el más asequible. Especialmente en una temporada que se ha rendido al efecto acolchado, tanto en las firmas de lujo como en los clones que han surgido tras su estela y que han provocado que la técnica haya saltado incluso a los accesorios.

Con este derroche de imaginación como hilo conductor, la originalidad ha tomado las riendas para convertir también al anorak de plumas en un objeto de deseo fashion, sumando a su faceta utilitaria un giro en el que el diseño tiene mucho que decir.

Es el caso del último hallazgo que hemos hecho en Benetton. La firma italiana ya nos tenía acostumbrados a prendas en las que la excentricidad y la diversión brillaban por encima de todo, una filosofía que se ha acrecentado aún más desde que llegó a la dirección creativa Jean-Charles de Castelbajac hace poco más de un año. El diseñador francés ha sabido darle su particular visión iconoclasta a las prendas que componen la colección de otoño/invierno 2020-21 entre las que destaca este plumífero fascinante.

Muchas cosas llaman la atención en este diseño, la primera de ellas es inequívocamente el acabado metalizado que tiene. Está confeccionado en un potente tejido brillante dorado. Pero la cosa no queda ahí porque si nos fijamos un poco más podemos descubrir que el efecto acolchado se consigue como resultado de la aplicación de pequeños osos de peluche distribuidos por toda la parte frontal.

Y aunque no sea una prenda ni para todos los días ni para todos los estilos, no resulta tan difícil de combinar como parece. Al caso, el look negro con el que se presenta en la imagen de la marca. Además desde Benetton confirman que el relleno de anorak es de pluma auténtica con certificado Responsible Down Standard (RDS), lo que garantiza que las plumas utilizadas proceden de patos y ocas criados con fines alimentarios respetando los principios del bienestar animal.

Poco más hace falta decir para confirmar que estamos ante una de las prendas más especiales del invierno, con una repercusión viral tal que en su página web está a punto de agotarse -ya solo están disponibles las últimas unidades en talla S-. Y eso que cuesta 700 euros.

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