Un casquete de plumas estilo años 60 es la última lección de estilo de Máxima de Holanda

Si hay alguien capaz de superarse a sí mismo dentro de la monarquía europea esa es sin duda Máxima de Holanda. Cuando parece que ya lo ha probado todo en cuestión de estilo, aparece con una nueva y sorprendente combinación de colores, o nos deja alucinados con un par de joyas con tamaño de bicho XXL o cambia completamente de tercio protagonizando un look sobrio y perfectamente engamado. Esto mismo ocurrió ayer cuando Máxima de Holanda acudió junto a su marido al seminario de Indonesia y los Países Bajos que se celebraba en Ámsterdam.

Parecía que no iba a ser uno de esos días pues la reina Máxima apareció con un discreto vestido en un tono caldera apagado. Un diseño sencillo de manga francesa, corte por debajo de la rodilla y un finísimo cinturón para marcar la figura.

Esta vez no había ni broche de proporciones épicas, ni bisutería a todo color. Uno sencillos pendientes en color ámbar con forma de lágrima y unos zapatos de salón en ante marrón que hacían juego con la cartera y los guantes. Un look que habría supuesto la decepeción para los que esperan de Máxima de Holanda grandes recursos de estilo de no ser por el impresionante casquete que eligió.

De frente parecía que la reina de Holanda había elegido una vistosa diadema estilo turbante pero, cuando se daba la vuelta, se podía comprobar que se trataba de un casquete cuajado de plumas en diferentes tonos marrones y negro, creando un dibujo hipnótico. El casquete estaba colocado ligeramente ladeado y a media cabeza, dejando un largo mechón peinado a un lado a la vista. Por detrás cubría completamente el peinado de la reina creando un recogido sofisticado y elegante al estilo años 60.

No es la primera vez que Máxima de Holanda elige un tocado de plumas para elevar un look a su nivel más alto, de hecho, es uno de sus accesorios favoritos. Sin embargo, es la ocasión perfecta para descubrir cómo lucir un tocado de estas características manteniendo la sobriedad y la originalidad al mismo tiempo. De nuevo Máxima de Holanda nos deja con la boca abierta.

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