Las puertas del Gran Salón del Palacio Real volvían a abrirse dos años después para recibir a un mandatario extranjero, y las ganas de pompa y boato estaban a flor de piel. Los Reyes homenajeaban al Presidente de Corea del Sur, Moon Jae-In, y a su esposa, Kim Jung-sook, pero al final se trató de una cena de Estado y no de gala, por lo que nos quedamos sin ver a la Reina con tiara ni con uno de los impresionantes vestidos que habíamos elegido para ella. Eso sí, doña Letizia brilló con un sorprendente look con guiño a sus invitados incluido.
Tenemos que reconocer que fallamos en nuestras apuestas: ni vestido de gala, ni firma ‘made in Spain’. Tampoco tiaras y joyas espectaculares. Pero son los efectos secundarios que aún duran de la pandemia… Eso sí, la Reina ha vuelto a deslumbrar y lo ha hecho reciclando uno de los vestidos más imponentes y lujosos que guarda en su fondo de armario: un diseño de Dries van Noten que estrenó en 2019 en los Premios de periodismo Francisco Cerecedo y que, desde entonces, es uno de nuestros favoritos.
De largo midi, cuerpo entallado y hombreras marcadas, el impresionante y delicado estampado de flores doradas de inspiración oriental es el gran protagonista de este vestido negro de Dries van Noten con el que la Reina ha querido hacer un guiño muy sutil y elegante a la cultura de los homenajeados. Como complementos, doña Letizia ha apostado sobre seguro y ha lucido unas sandalias de tiras metalizadas de Magrit, clutch a juego y pendientes en forma de flor deHelena Nicolau.
Horas antes, para recibir en Madrid a Moon Jae-In, y a su esposa, Kim Jung-sook, la Reina ‘jugó al despiste’ y lució un vestido que parecía nuevo… pero que en realidad estrenó en el desfile del Día de la Hispanidad de 2018. Se trata de un elegantísimo vestido nude de cuerpo entallado y falda midi en encaje de chantilly plisado de Felipe Varela que entonces estrenó con una chaqueta de crepe de lana de la que, obviamente, ha prescindido en esta ocasión.
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