Si hay un músculo al que casi no prestamos atención al hacer nuestra rutina de piernas ese es el de las pantorrillas. Quizá porque su pequeño tamaño no nos llama tanto la atención como por ejemplo la flacidez de los muslos a los que dedicamos todo nuestro esfuerzo. Pero es en los pequeños detalles donde se esconde el éxito de las piernas delgadas y bien tonificadas. Detalles como unas rodillas bien tonificadas o unos tobillos finos pueden marcar la diferencia. Y ejercitar las pantorrillas consigue ambas cosas, algo especialmente importante si eres una adicta al running: unos pantorrilas bien definidas y tonificadas te ayudarán a estabilizar la rodilla en la carrera y fortalecer los tobillos, ayudándote a prevenir lesiones. ¿Y cómo puedes conseguir estos buenos resultados? Pues con tan solo dos ejercicios, ¿sencillo, no?
Ponerse de puntillas sobre un escalón
Colócate en un bordillo o un pequeño escalón estable (no hace falta que el desnivel sea grande) y ponte de puntillas sobre el bordillo para a continuación hacer descender el tobillo lentamente, pero sin llegar a apoyar el talón en el suelo. Una vez el pie quede horizontal aguanta tres segundos la postura y vuelve a ponerte de puntillas. Evita rebotar en el movimiento ascendente y descendente: para lograr que los músculos de los gemelos ganen fuerza debes hacerlos trabajar manteniéndolos apretados. Realiza tres series de 12 repeticiones cada una.
Levantamiento de peso sentada
Siéntate en una silla o en banco con las puntas de los pies apoyadas en un escalón, los talones en el aire y coloca un pesa en cada muslo, cerca de la rodilla (para completar el ejercicio deberás sujetar las pesas con las manos). Cuando estés bien colocada eleva los talones de manera que el movimiento parta de la punta de los pies y haga que la fuerza del movimiento la lleven tus gemelos. Asciende y desciende de esta forma 15 veces, descansa un minuto y realiza dos series más con el mismo número de repeticiones.
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