El chiringuito de Ibiza en el que comer bien con las mejores vistas: Cala Gracioneta

Llega el verano y uno de los destinos preferidos para disfrutar de unas vacaciones bajo el sol por todo lo alto es Ibiza. La isla bonita es uno de esos paraísos que lo tienen todo: ocio, costa, naturaleza y, sobre todo, remansos de paz en los que descansar sin que nadie te moleste. De hecho, uno de estos espacios de relax es Cala Gracioneta, en Sant Antoni, una calita de agua turquesa, arena dorada, rodeada de pinos capaz de despertar todos tus sentidos. Te lo explicamos: el tacto corre a cargo de su arena fina, la vista de su espectacular paisaje, el oído se deleita con el sonido del mar y, el gusto y el olfato es responsabilidad del chiringuito que lleva el mismo nombre de la playa, el Cala Gracioneta.

Reconocido reciententemente por la Guía Repsol como uno de los restaurantes más recomendados de la isla balear, se trata de, no solo un templo gastronómico en el que dar un capricho al paladar por sus sabores mediterráneos, sino también un lugar en el que refrescarse en compañía alrededor de un buen cóctel al caer el atardecer (abre de diez a siete de la tarde) o en uno de los descansos de la jornada playera.

El chiringuito Cala Gracioneta cuenta con el aval de pertenecer al Grupo Mambo, compañía afamada por la calidad de sus carnes y pescados a la brasa. Sin embargo, este establecimiento también destaca por la cuidada elaboración de sus arroces, que son cocinados de manera tradicional pero con un toque de grill para dar un twist diferente a sus platos. Si, además, algo le hace todavía más especial esto es su apuesta por los productos de kilómetro Cero (los de proximidad, con especial atención a la selección local), así como por la amabilidad de su servicio.


Entre sus platos encontrarás delicias como la sobrasada de cerdo negro con queso y miel de la isla, las croquetas melosas de sepia, salmón con bimis y yogurt de cardamomo o pollo payés, entre otros muchos. ¿Y si eres vegetariano? También hay opciones tan apetitosas como la calabaza asada con burrata y semillas garrapiñadas. Una auténtica delicia, aunque si hablamos de delicias, hace falta mencionar sus exquisitos postres: desde el cremoso de chocolate con piel de naranja confitada y pistachos crocantes, pasando por su banoffe o tarta de queso con sorbete de frambuesa hasta llegar al crumble de parmesano o a la piña a la brasa con helado de coco y crumble. ¿Puede ser mejor? Sí, porque hay un detalle que todavía no te habíamos contado: como telón de fondo se divisa la isla de Sa Conillera. Un horizonte que termina de completar la magnífica oferta este este chiringuito que lleva nombre de verano.




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