Cuando Lapo Elkann (Nueva York, 1977) llegó a Portugal tratando de ayudar a las víctimas colaterales del coronavirus a través su fundación Libre Academia de Proyectos Experimentales (LAPS) lo que menos esperaba era encontrar el amor. Pero el destino es así de caprichoso y a través de amigos comunes conoció a Joana Lemos, la expiloto lisboeta de 47 años que actualmente es su pareja.
El nieto del dueño de Fiat Gianni Agnelli, hijo de Margarita Agnelli y el escritor Alain Elkann decidió dar un giro de 360 grados a su vida de sonados escándalos y muchos excesos -una sobredosis y un secuestro fingido, entre otros- tras sobrevivir el pasado diciembre a un gravísimo accidente de tráfico que le dejó diez días en coma debatiéndose entre la vida y la muerte en un hospital de Tel Aviv. Cuando se despertó tuvo una revelación, tal y como él mismo contó poco después al Corriere della Sera. Anunció que dedicaría su tiempo, su corazón y sus recursos a trabajar en su fundación.
Dos meses más tarde, el coronavirus obligó a cerrar parte de Italia. La crisis se agravó durante semanas, se extendió a España y al resto de Europa, y el empresario y diseñador -incluido en la lista Vanity Fair de 2011 de los mejor vestidos- no se quedó de brazos cruzados ante tanto sufrimiento. “Yo soy un hombre bueno y quiero ser el empresario de la solidaridad”, se convirtió en su mantra. Fiat donó 10 millones de euros pero Lapo Elkann pensó que hacía falta más que dinero.
Recurrió a sus influyentes amigos. Al rapero Feder, a la actriz Valeria Golino, a los futbolistas Gianluiggi Buffon y Cristiano Ronaldo, y así llegó de Italia a Portugal desde donde se prepara para pasar por España con su iniciativa No te rindas y el respaldo de nombres como Fernando Alonso y Carlos Sainz, organizaciones como Ayuda en Acción y empresas como el Banco Santander, el Corte Inglés o Mercadona, como ha contado a El País Semanal. Al periodista Javier Martín del Barrio le ha descrito cómo comenzó su romance además de confesarle que desde que está con Joana Lemos ha dejado de conducir: “No me deja. Voy de copiloto y calladito. No puedo hablar”. Porque él sabe mucho de coches pero ella no sabe menos. Es una de las primeras mujeres del mundo en participar en una carrera del desierto y la responsaba de que el París-Dakar se convirtiera durante dos años (2006 y 2007) en el Lisboa-Dakar.
Empezaron su relación “sin ninguna expectativa más allá de la amistad”, ha explicado ella. “Con el paso del tiempo, al conocerlo mejor, he sentido una afinidad enorme con sus objetivos de vida. Lapo es un hombre de una capacidad creativa única, diría que es un genio en este campo y tiene una bondad y una generosidad con el prójimo que me impresionan profundamente. Creo que a veces es traicionado por su excesiva generosidad”. Joana, que prefiere mantenerse en un segundo plano, le proporcionó a Lapo las relaciones que le faltaban en Portugal para extender su campaña y entre la solidaridad frente al coronavirus su amor se fue afianzando. Tanto que incluso estarían pensando en casarse, apunta el mismo medio. Él nunca se ha pasado por el altar. Para ella, madre de dos hijos de su primer matrimonio, esta sería su segunda boda. Dice Lapo que “con Joana soy un hombre completo”.
Han posado juntos para el diario y el díscolo de los Agnelli ha dejado claro que lo que en diciembre parecía poco probable era un propósito muy firme, y que lejos quedan ya aquellos años que le alejaron de la empresa familiar.
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