Las perlas de sabiduría de Carolina Herrera: “El misterio es muy importante. No puedes ser un libro abierto

Este año se cumplen 40 desde que una joven venezolana conquistó la Gran Manzana con su primera colección de moda. Fue en el Metropolitan Club, en 1981 cuando Carolina Herrera, la firma, comenzó su andadura. Con motivo de este aniversario, la casa publica en su web y sus redes sociales un diálogo entre Wes Gordon, el sucesor de la diseñadora, y Carolina Herrera. Vestidos de riguroso negro, charlan sobre cuáles son sus colores favoritos, el azul cielo para él, el amarillo (el sol), para ella. Una conversación distendida sobre moda, estilo y diseño, pero también sobre los recuerdos y emociones de Carolina Herrera. “Para una mujer o un hombre, el misterio es muy importante. No puedes ser un libro abierto", comienza diciendo la modista.

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Un filme dirigido y producido por Lisa Immordino Vreeland, casada con un nieto de la famosa editora de Vogue, Diana Vreeland. Un dato que adquiere aquí un matiz importante pues Diana Vreeland fue una gran amiga de Carolina Herrera y una de las responsables de que la diseñadora sea hoy quien es, tal y como ella confiesa. “La única que me ayudó de verdad a estar en este negocio fue Diana Vreeland. Fui a verla un día para contarle la idea que tenía sobre diseñar materiales y ella a su manera me dijo: ¡qué idea más aburrida!”. Diana le aconsejó hacer una colección y el resto es historia.

De aquella primera colección también recuerda no haber hecho nada parecido antes, “tan glamuroso por fuera y con tanto trabajo detrás”. En aquel primer desfile estuvieron, por supuesto, su mentora y amiga Diana Vreeland y otros amigos como Steve Rubell, el cofundador de Studio 54. Era el lugar de moda de Nueva York y allí se encontraba con fotógrafos, pintores, escritores o artistas como Andy Warhol, a quien le unía también una buena amistad.

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Carolina Herrera desvela en esta conversación cómo llegó a tener un retrato de Andy Warhol. Fue durante una cena a la que llevó un pequeño clutch-joya que le había regalado su marido firmado por Van Cleef & Arpels y el artista, apasionado de las joyas, le propuso hacerle un retrato a cambio de aquel precioso minaudière. “La historia más divertida entre Andy y yo es ese retrato”, asegura.

A diferencia de muchos de los grandes diseñadores, Carolina Herrera no vivió rodeada de revistas de moda o personalidades importantes del sector, lo que más le interesaba de niña eran sus perros y sus caballos. Sí que recuerda lo bien que vestían las mujeres de su familia y el primer contacto que tuvo con el mundo de la moda fue a sus 15 años, cuando viajó a París para visitar a su abuela, “ella no sabía qué hacer conmigo, así que me llevó al desfile de Balenciaga”, rememora.

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Quizá por eso le quita cierto hierro al hecho de diseñar moda. Cree que la moda debe de estar hecha para la vida diaria aunque “también tiene que tener algo de locura”. Es algo destinado a “complacer a los ojos y por eso hay que tenerlos bien entrenados, para buscar la belleza”, revela. La diseñadora venezolana considera también que el estilo es algo con lo que se nace, o se tiene o no se tiene, pero si ocurre lo segundo, no hay que hacer un drama de ello. Es más, Carolina Herrera cree que hay que experimentar también con el mal gusto porque, citando a su amiga Diana Vreeland, “una pizca de mal gusto es como añadirle pimentón a la comida, la hace más interesante”.

Hay dos cosas que Carolina Herrera no soporta, los pantalones deportivos -jamás ha tenido ni se ha puesto unos-, y los selfies, “cuando alguien te ve por la calle y te pide hacerse una foto contigo enseguida te abrazan. No me molestan las fotografías pero sí los selfies”, cuenta entre risas.

Para ella, la medida del éxito son sus clientas. Lo más satisfactorio es encontrarse una mujer desconocida llevando unos de sus diseños. La primera vez que le pasó fue en la Ópera cuando observó desde lejos una mujer maravillosa llevando un vestido de noche con una larga capa de marabú, “casi salto sobre ella y le digo ¡es mío! Yo diseño para los millones de mujeres que quiero que vistan Herrera”.

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