QUÉ HA PASADO
• Guillermo y Lourdes salen besándose en una revista.
• Irene se niega a quitar la demanda de Armando.
• Marina descubre que Fede se acostó con Katherine.
Lourdes acusa a su tía de haber creado pruebas falsas contra su padre y cambia de posición. “No voy a ir contra él en el juicio. Al revés, demostraré que no ha cometido ningún delito”, dice, sorprendiento a sus hermanos. Mientras Mateo no está convencido, Inma se alegra: “Duele pensar en la cárcel”.
Por su parte, Amelia se queja al director del acoso del protagonista de su película, pero él se pone de parte del actor y despide a la bailarina.
Esto supone decir adiós al sueño de ser madre junto a Luisita, ya que necesitaban ese sueldo para pagar el caro tratamiento de fecundación in vitro.
Después de ‘contratar’ a Ray, los quinquis de la plaza se han ido de un día para otro, pero Curtis descubre que uno de ellos ha muerto. “¿Tu amigo ha sido capaz de cargárselo?”, se inquieta Marcelino.
Quienes se han reconciliado son Sebastián y Jose. “Voy a trabajar con él. Paso de ser una ladrona a colaborar con la policía. ¡Qué raro suena!”, comenta a Benigna la chica.
Luego, es Castro quien habla: “Voy a traspasar el King’s. Este año me he ido desligando de él y creo que es lo mejor. Además, el dinero me servirá para ayudar a dos buenas amigas a tener un hijo”.
Curtis, presente en la conversación, se queda atónito. “Va a resultarte complicado. Te recuerdo que dos mujeres no pueden todavía tener niños solas”, dice ignorante.
La decisión de Lourdes influye necesariamente en su relación con Guillermo y, aunque ellos traten de evitarlo comportándose igual, es imposible. Además, la visita de Armando incomoda a sus compañeros: “Lo sé, no debía venir, pero ahora soy su abogada defensora y debemos hablar”.
La reconciliación entre Fede y Marina se ve cada vez más lejana: ella es incapaz de perdonar que se haya acostado con Katherine y de nada le sirve que él se justifique. No obstante, tienen que continuar trabajando juntos.
Parece que Mateo ha aceptado la propuesta de dibujar los planos para el casino, pero cuando se los muestra a Armando, este se da cuenta de que está tomándole el pelo. “Esto es un hospital”, se queja. “Así es, sería bonito que en lugar de un antro para jugar pusierais uno”, asegura.
Aunque se lo ha contado a Manolita y tiene su aprobación, Benigna quiere ser ella quien comunique su decisión a Luisita y Amelia y espera a que se pasen por el bar.
Primero las deja hablar, para darles después la buena noticia. “Voy a cumplir vuestro sueño”, afirma sin más.
“¿Cómo? Es imposible conseguir la cantidad que nos piden en Manchester para el tratamiento”, contestan ellas dándose por vencidas.
“Vendo este local y el dinero es vuestro. Yo ya tengo suficiente para vivir hasta que me muera”, responde, feliz al notar la ilusión en sus caras.
El declive de Ordóñez se acelera y su rostro refleja cada vez más cansancio. Tras visitarlo, Inma se enfrenta a un dilema: irse a estudiar Antropología a Barcelona o permanecer junto a su familia en estos duros momentos. También, sin reconocerlo, le da pena alejarse de Manolín.
Haber matado a un joven lleva a Marce a negarse a pagar a Ray la cantidad acordada por limpiar de delincuentes el barrio. “Tú verás lo que haces. Me hicisteis un encargo, pero no cómo debía llevarlo a cabo”, los amenaza. En seguida, dos de sus hombres se presentan en El Asturiano, tiran las mesas y agreden a Pelayo.
Los Ordóñez se reúnen para tomar la decisión de si Irene debe convivir más con ellos. Inma y Mateo están a favor, así que a la primogénita no le queda mas remedio que claudicar. “Si fuera por mí, no estarías ya en esta casa. Contrataste a Portolés para que recopilara mentiras contra mi padre”, le dice a su tía a la mañana siguiente. “Pronto abrirás los ojos y verás tu error. Te ha manipulado, como siempre”, responde ella.
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